Acer la cencia Surviving Mars – Análisis

Los nerds de la ciencia espacial ya hemos empezado la cuenta atrás: el próximo mes de Mayo la NASA pondrá en marcha la misión de exploración llamada InSight, cuyo objetivo es estudiar el interior de Marte por medio de chequeo de sus signos vitales. Se medirá su «pulso», tomando referencias sismológicas, «temperatura», o transmisión de calor, y por último sus «reflejos», mediante el rastreo de precisión. Los datos que se saquen de esta misión (cuya duración se estima en torno a los dos años terrestres) nos ayudarán a comprender mejor no solo la forma en la que funciona por dentro Marte, sino otros planetas terrestres como son Mercurio, Venus, la luna o el nuestro propio. La ciencia es sexy, amigos.

A poco que juegas un par de partidas a Surviving Mars, es innegable que no estamos ante el típico juego de estrategia y gestión «a la Paradox Interactive» —la editora del juego—, al menos temáticamente hablando. Basta que tengas en mente Tropico 5 —del mismo estudio que ha desarrollado Surviving Mars, Haemimont Games— para pensar que probablemente no es tan complicado venderle tu juego a los inversores si puedes liderar una revolución sandunguera encarnando a El Presidente en vez de tener que organizar meticulosamente una colonia humana en Marte.

Sin embargo, yo sigo apostando por la ciencia: los esfuerzos de la NASA por acercar cada vez más la ciencia aeroespacial a todo el mundo están dando sus frutos, y ya no es cosa de nerdos chalados. La llegada de la Curiosity a Marte en 2012 fue un hito histórico seguido por decenas de millones de personas en todo el mundo. Este año promete ocurrir lo mismo con la citada más arriba InSight, y ni siquiera os voy a empezar a contar la que se va a liar en 2020 cuando se ponga en marcha la misión ExoMars, cuyo objetivo es buscar vida en Marte, tanto la pasada como la potencialmente presente. La NASA, como digo, ha hecho sus deberes de marketing y la exploración marciana está de moda. Si hay un timing mejor que el elegido por Paradox para lanzar Surviving Mars, yo no quiero saberlo.

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Tampoco hubiera pasado nada, de todas formas, si se hubiera lanzado otro año. No es que detrás de Surviving Mars estén unos cualquiera; Paradox Interactive lleva casi 20 años abanderando la faceta más «dura» de los juegos de gestión y estrategia, teniendo en sus espaldas el desarrollo de franquicias como Europa Universalis o Hearts of Iron, y la producción de desarrollos externos como la franquicias Penumbra y Magicka o el popular Mount & Blade. En Surviving Mars la empresa sueca vuelve a hacer las veces de productora del desarrollo de Haemimont Games, un veterano estudio bulgaro que tiene en su haber los dos últimos Trópico, el mítico Tzar y el reciente Victor Vran —que pronto aterrizará en Switch en forma de port—. Ya podéis ver que detrás de Surviving Mars no hay otra cosa que años de experiencia y la promesa de un saber hacer fuera de toda duda.

Esta puesta en situación del contexto del juego no es un rollazo gratuito: Surviving Mars es uno de los juegos más accesibles que ha lanzado Paradox, a años luz de las exigencias y ramificaciones de un Crusader: Kings o un Hearts of Iron,  pero aún así no quiero engañaros diciendo que es como jugar a un Uncharted. Para ser un título con una adaptación a consolas correcta —aunque no exenta de problemas; seguid leyendo—, la experiencia es muy poco consolera.

Empezar la construcción de la colonia en Marte es un poco como tu vida adolescente: un cúmulo de decisiones mal tomadas de las que algún día te arrepentirás, pero que en su momento te parecerán fantásticas. Como en la mayoría de juegos de este estilo, vamos a tener no pocas elecciones desde el momento en el que pulsemos el botón de Nueva partida, siendo las primerísimas que se nos ofrecen una forma de personalizar la partida y elegir un grado de dificultad. Tendremos a nuestra disposición la facultad de considerar aspectos como el patrocinador de la misión: elige a los Estados Unidos como sponsor y tendrás más combustible y cohetes con mayor carga, pero menos fondos; selecciona a la Iglesia del Nuevo Arco y todos tus colonos serán religiosos y más proclives a procrear en Marte. Del mismo modo, podremos seleccionar el tipo de comandante que seremos: si somos un ingeniero aeroespacial nuestros cohetes serán mejores, o si nos decantamos por ser políticos podremos obtener fondos con mayor facilidad. Por último podremos seleccionar el Misterio, una mecánica muy interesante que plantea eventos que se van desarrollando conforme jugamos. ¿Alguien dijo inteligencias artificiales de aviesas intenciones?

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Es el momento perfecto del análisis para desmentir, por si con lo de “la Iglesia del Nuevo Arco” no ha quedado claro, que Surviving Mars no es para nada el simulador realista de Marte definitivo, a pesar de que, como he comentado al principio del análisis, sí se basa en los hitos y en la tecnología de las misiones espaciales de la NASA. Podríamos definirlo más como un gestor de colonias espaciales de ciencia ficción, con una estética retrofuturista de los años 60 que homenajea a la televisión y cine viejunos  —se me vienen a la mente películas como Los Invasores de Otros Mundos o 2001: Odisea en el Espacio—, y que permite darle un tono un poco más desenfadado.

Una vez comience la partida y nuestro cohete haya pisado suelo marciano, empieza la mandanga. El flujo de juego es confuso en un principio, ya que tienes una auténtica barbaridad de opciones y casi todas están desbloqueadas, de modo que el juego podría imponer al jugador, particularmente si no es muy ducho en este género. Sin embargo, Surviving Mars tiene un sistema muy inteligente de consejos contextuales, que se van activando conforme ve que vas por el buen camino, o por el contrario la estás liando parda. Por ejemplo, una de las primeras ayudas que recibes te mete en la cabeza que la colonia debe ser autosuficiente de la forma más óptima posible, así que te insta a construír un parque de paneles solares y una batería para suministrar de energía a la colonia —teniendo en cuenta que por la noche no operan, así que tendremos que ingeniárnoslas con otras estructuras—. A partir de ahí, deberemos preocuparnos de abastecer de agua a la colonia, en un principio mediante un condensador de humedad y, más adelante, extrayéndola directamente de pozos en la superficie de Marte. Después vendrá la comida, el oxígeno, la gasolina, los metales… La cantidad de recursos es muy elevada, así que tendremos que tener presente los requisitos de cada estructura y también su mantenimiento; de nada sirve tener una factoría de polímeros si luego no tenemos componentes electrónicos para repararla.

Cuando hayamos asegurado agua, oxígeno, energía, comida y viviendas en la colonia, será hora de hacer una campaña de captación de terrícolas para que vengan a poblarla. En esta fase podremos elegir a los candidatos más deseados, teniendo en cuenta que, a filtros más exigentes, habrá menos personas disponibles. ¿Queremos que haya variedad de sexos? ¿Que sean especialmente habilidosos en geología? ¿Que no tengan defectos problemáticos? Una vez más, tocará hacer buen uso de nuestro criterio para evitar consecuencias imprevistas en la colonia. El juego cuenta con una simulación individualizada de cada colono, lo que creará situaciones interesantes como conflictos laborales, problemas de alcoholismo, se enamorarán… Y ya que hablamos de consecuencias, has adivinado: en la Marte reimaginada de Haemimont hay lluvias de meteoritos, tormentas de arena y una buena variedad de desastres que pueden reventarnos la partida en el momento menos propicio.

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Asegurarnos que la colonia logra mantenerse feliz y de una pieza no es sencillo, y algunas decisiones en la interfaz y en los controles presentan algunos problemas que no ayudan en absoluto a conseguirlo. En primer lugar el juego está en inglés, y tiene una cantidad moderada de texto esencial para tomar ciertas decisiones, por lo que puede ser un freno importante si el idioma no es tu fuerte. Otro de los problemas de Surviving Mars es el tamaño del texto, demasiado pequeño y cuya implicación se agrava si jugamos en una consola o en un televisor a una distancia moderada, ya que leer tanto con la letra tan pequeña acaba resultando tremendamente molesto —podéis comprobarlo juzgando las capturas que acompañan a este artículo, tomadas directamente de la versión PS4—. Y no, por desgracia no hay opción de aumentarla, de modo que tenemos que conformarnos con el que está por defecto. No sería descabellado que se implementara un parche para aumentar el tamaño de la fuente, porque aunque estoy seguro que en PC esto no es un problema, en PS4 al menos lo es, y bastante grave.

Y es que es difícil adaptar un juego de estas características a consola. El esquema de controles de Surviving Mars en PS4 no es molesto, pero sí es torpe. Es muy cierto que el ritmo de juego ni se acerca a lo que podría ser un RTS basado en combate como Starcraft 2, y de hecho, podemos acelerar o parar literalmente el tiempo en cualquier momento para hacer todas las tareas que consideremos necesarias, pero acciones críticas como son el movimiento de los rovers o leer los paneles informativos requieren de combinaciones un tanto extrañas de botones. Insisto, si juegas en consola te acabas acostumbrando, pero vas a echar muchísimo de menos tener un ratón y un teclado cerca.

Esto es todo lo que te ofrece Surviving Mars, que no es poco. Es un juego que sale a precio reducido, y que busca acabar con la sed que hay de un género que no se prodiga mucho, particularmente en consolas. Ese público es precisamente al que parece dirigirse, al tener un ritmo muy asequible y que no le va a pedir al jugador unos reflejos de acero en ningún momento. Si bien presenta una serie de problemas que pueden frustrar en las primeras partidas, particularmente por el desconocimiento de la inmensa cantidad de opciones o el problemático esquema de controles, el hecho de poder construir y mantener una colonia sostenible provoca una sensación muy satisfactoria que gustará tanto a los fans hardcore de la cifi y los juegos de gestión tipo Tycoon como a los que acaban de llegar.

Y si todo lo demás falla, tiene una radio en la que ponen country 24/7 mientras construyes. ¿Vosotros sabéis lo guapo que es eso?

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