Ra-ra-rasputín Destiny 2: El Estratega DLC

Rasputín, el asesor político del último zar de Rusia antes de la Revolución, fue asesinado por una trama de conspiradores de la aristocracia. Los motivos que les llevaron hasta ese punto eran variados pero uno de ellos, se especula, fue que el Príncipe Yussupov, instigador de esta conspiración palaciega, creyó ver en Rasputín una figura del populacho (sus orígenes eran humildes) acaparando un poder que le venía grande. Algo de razón tenía pues Rasputín, que se presentaba así mismo como monje y astrólogo, había hecho amistad (y algo más) con gran parte de las mujeres de los aristócratas. Confesor, cartomante y fucker protohipster. Como decía Boney M.:

 

Ra ra Rasputin
Lover of the Russian queen
There was a cat that really was gone
Ra ra Rasputin
Russia’s greatest love machine
It was a shame how he carried on

 

Los conspiradores, una gente poco dada a la acción y, sobre todo, a trabajar, envenenaron a Rasputín pero fallaron; luego le golpearon con un atizador, volvieron a fallar; luego le apuñalaron… agua; después le dispararon en la cabeza. Para deshacerse del cadáver lo echaron al río que pasaba por el palacio de Yussupov. Días después unos campesinos encuentran el cadáver en el hielo. Rasputín se había soltado de sus ataduras y murió congelado mientras arañaba la superficie del hielo que le apresaba.

Casualidad o no, Bungie cuenta en este DLC de Destiny 2, el que está llamado a cerrar su primer año, la oscura y abstrusa historia de la I.A. llamada Rasputín, sepultada bajo los hielos de Marte y que se resiste a perecer. Al igual que su homólogo sex machine Rasputín tuvo un poder incomparable destinado a la defensa de la Tierra antes de la caída. Los pedazos de trasfondo de Destiny nos han hecho creer que Rasputín se convirtió en un agente libre que acumuló demasiado poder, fue incapaz de detener la invasión y, además, se convirtió en un agente libre. En otras ocasiones se le ha nombrado incluso como si fuese el enemigo de esa estirpe aristoi que son los guardianes. Para cuando cayó el Palacio de Invierno Rasputín ya se había ido.

El estrategaLa campaña del estratega consiste en ayudar a una guardiana que trabaja por su cuenta y que busca a Rasputín. Ella cree que el estratega está de parte de la humanidad y que deben proteger la I.A. de las garras de La colmena. Zabala, jefe de la Vanguardia y  tipo de orden, cree que la I.A. debe quedarse donde está y, a ser posible, lejos de los asuntos de los humanos pues, especula, fue la causante de la infección que sucedió en Rise of the Irondel primer Destiny. O algo así. En serio, si alguno pretende que sepa o me interese más el trasfondo de Destiny mejor que el de la Historia del ser humano es que no me conoce en absoluto. Bungie tampoco ayuda a que uno pueda seguirle la pista a qué está sucediendo en su universo de ficción. Uno acaba diciendo lo que Vasquez en Aliens:“mire, yo solo quiero saber dónde están para pegarles un tiro”.

Las semejanzas entre ambos Rasputines no deberían sorprender pues gran parte de los escritores de Destiny son graduados en el MIT y, estoy convencido, habrán leído algún libro en su vida. Ahora, el conflicto final al que se enfrenta al jugador pero que lo asiste como espectador pasivo trata sobre si debemos dejar a la I.A. proletaria que se maneje por su cuenta para ayudar a la humanidad o que sea la Vanguardia la que la controle. Un conflicto sobre la libertad individual visto hasta la nausea y que acaba disolviéndose como un azucarillo en un enorme lago: nadie se percatará nunca que esa agua está más dulce porque las palabras se pierden entre un montón de datos irrelevantes. Espero que los graduados del MIT ganen buen dinero porque algunos de ellos deben tirarse del pelo de sonrojo puro cuando escuchen los diálogos que el juego propone. El behemoth de los triple A produce monstruos.

Lo importante del DLC, supongo, va más allá de estas pequeñeces sobre la narrativa y la capacidad de los escritores de relacionar la vida de Rasputín con la de una I.A. que lleva su nombre y (sorpresa) habla en ruso. Destiny 2 se muere de un tajo en el costado y Bungie lo sabe. De hecho, el movimiento de vender en el Humble Monthly de Humble Bundle el Destiny 2 para PC por 9 euros se ha visto como una desesperada por recuperar jugadores. Yo no creo que solo sea un movimiento a la desesperada, aunque algo de eso hay; también va a demostrar el poderío de Destiny para PC, que deja a la versión de PS4 empequeñecida. Aquí los 60fps. sí que se notan.

El estrategaEl problema de Destiny 2 no es tanto que falten jugadores o que el juego sea una chapuza, de hecho estuvo entre lo mejor del año pasado y sigo pensando que es un magnífico FPS aunque, claro, la falta de jugadores siempre es problemático. El asunto está en que a los que les gusta echar horas en Destiny como si eso fuera un trabajo se encuentran con un pobre (pobrísimo) endgame que ha mandando al banquillo a mucho hardcoreta de Bungie. Esto lo sabe hasta Florentino Pérez que le importa Destiny lo que a mí su vida.

Muy inocente hay que ser para pensar que El estratega viene a arreglar el desaguisado. Para Bungie los DLC menores sirven para alargar el chicle pero no para enmendarlo. Creo que al igual que sucedió con The Taken King, un DLC de los caros, Bungie pretende darle un giro copernicano a Destiny 2 cuando cumpla 1 año. Una jugada que de ser así es de un riesgo considerable, pero con Blizzard detrás de ellos diría que se lo pueden permitir. Muy inocente, insisto, uno tiene que ser para creer que una campaña con 4 misiones, 3 asaltos, el mapa de Marte y la actividad Alpha Protocol van a cambiar el endgame. En cuanto a peso El estratega está al nivel de La maldición de Osiris, o sea, se agota rápido como el hielo en un whisky recalentado.

Si Bungie va mejorando Destiny 2 no es por este DLC ni por el anterior sino porque han adoptado esta idea de “juego como servicio” (antes se llamaba a esto “mundo persistente” pero hay que dejarse de poética y llamar a las cosas como el Capital quiere, ¿verdad?) y las actualizaciones van llegando con el tiempo para enmendar y mejorar.  Tampoco seamos idiotas: eso de “Bungie escucha a la comunidad” es una tontería. Invitan a los Twichers que dejaron de jugar a Destiny por pasarse a Fortnite (o el que toque) para saber qué tienen que hacer para que vuelvan a jugar. Sobre la tiranía de Twitch y la de los jovencit@s confus@s  deberían hablar algún día las grandes desarrolladoras.

Los datos de salida de visualizaciones en Twitch de Destiny 2 avalan el interés que sigue teniendo el juego: un aumento del 1000% después de la salida del DLC. Bungie escucha a los que realmente tienen influencia e imponen visibilidad. A Bungie también le importa un carajo la prensa. Si la tiene de cara le va a venir muy bien porque los caminos que recorren en Bungie siempre son a largo plazo y los Twitchers no juegan ligas, solo temporadas.

La hoja de ruta de actualizaciones es mucho más sugerente que el DLC de El estratega y algunas van en buena dirección para la salud del paciente, como la incorporación de las masterworks, ajustes en el daño de las armas para PvE y PvP (se agradecen mucho las primeras), recompensas más o menos en condiciones por jugar mucho a una actividad, ajuste del Eververso para ser menos “Caja de loot” (que lo sigue siendo) o el cambio en la nightfall para que sea con ranking (en lugar de la locura de que fuesen con tiempo limitado).

El estrategaLa mejor inorporación ha sido poner mucho más difícil los asaltos heroicos para que se sientan “heroicos”, según dicen en Bungie, con penalizaciones brutales. Algunos asaltos según la desventaja que caiga (dos de ellas rotan a diario, lo cual está my bien) se vuelven casi más difíciles que las nightfall. Me da que lo van a tener que ajustar porque algunas desventajas son enfermizas: una te quita el radar y, además, hace que los villanos te puedan matar de un solo golpe cuerpo a cuerpo; el problema de esta desventaja es que algunas cosas que suceden en pantalla son consideradas “golpe cuerpo a cuerpo” como las ráfagas que lanzan los caídos cabal por los escudos.  Esta incorporación sí era necesaria porque los asaltos deben ser una pieza fundamental de Destiny y no solo la costumbre de premiar el Crisol. Aún con estas, como no metan mejores recompensas y dejen el nivel tan alto poca gente se va a animar a perder tanto tiempo en un asalto para que te den un engrama azul y 10 chapas de la vanguardia. El orgullo de tener nivel 50 en la Vanguardia vale de poco sin recompensa. Si esto fuese Sea of Thieves, donde el espíritu del juego es justo el contrario (toda mejora es estética), se entiende. Pero Destiny es puro matamarciano que busca encadenarte como jugador, que no te dediques a otro juego. Es una pareja que abusa de ti con trucos psicológicos.

De El estratega destaca el evento público enloquecido de Protocolo Alpha. Un modo horda dificilísimo y contrarreloj en el que puede participar todo el mundo que ande en el servidor de Marte y que se activa siempre que uno quiera. Por el momento no he logrado pasar del nivel 2 con los grupos que he jugado. Pese a la simpleza del evento (era mejor la Prisión de los Ancianos, con eso lo digo todo) sí que es tan caos maldito de gente pegando saltos y tiros que merece la pena. También han metido elementos de exploración que sirven para buscar botines ocultos que alargar (de forma un poco artificial) el contenido. Se parece a buscar las carcasas de los fantasmas de Destiny 1. Esta segunda parte está pidiendo ya un libro de logros porque el coleccionismo enfermizo de tonterías es, al menos, una excusa para volver a jugar.

Destiny 2 es un asunto de fe o de fanatismo. En mi caso pasa por lo primero aunque el aburrimiento me lleva a veces al fanatismo y dejarme las horas en angustias innecesarias. No se trata de adoptar el rol del fanático que defienda Destiny 2 a muerte (el día que yo defienda una obra de ficción como si se me fuese la vida en ello será el mismo en que me interese la vida de Florentino Pérez) sino la de asumir que Destiny 2 apela a algo dentro de ti que tiene que ver con la adicción y no con las bondades del juego. Que mejore no me va a hacer menos miserable, ni menos crítico, ni más sensato: la racionalidad se quedó enterrada bajo el hielo, junto a Rasputín.

El estratega

Acerca de Alberto Murcia

Doctor en Humanidades por la Universidad Carlos III y tecnófilo. Dedico parte de mi tiempo a escribir sobre videojuegos en esta casa tan acogedora. También colaboro en El Estado Mental, Irispress, Zehngames, Deus Ex Machina y Anaitgames

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2 Comentarios

  1. Buen análisis. ¿la raid no la habéis probado?

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