Microsoft no se cansa de decir que ha escuchado a los usuarios y que por eso han decidido eliminar las características más polémicas de la consola. Si Sony decidiera escuchar a sus usuarios tendría que replantearse lo de su nueva política de empezar a cobrar por jugar online, aunque si los usuarios de la Play solo hablan de Microsoft, Sony puede hacer oídos sordos y seguir con su nueva política.
Tal y cómo dije nada más acabar la conferencia de Sony, la misma noche que grabamos el podcast, «Microsoft va a cambiar su política seguro». Y ha tardado dos semanas en arreglar todo lo que ensombreció su conferencia, que a mi juicio, fue la mejor del E3.
-No se requerirá conexión a internet para ejecutar juegos fuera de línea en Xbox One. Esto significa que si Miguel quiere llevarse su consola de maniobras a cuarteles o campamentos alejados de la mano de Dios, puede hacerlo sin problemas, eso sí, se confirma que tanto la consola como el televisor que utilices necesitan de electricidad, así que tampoco te la lleves de maniobras al desierto.
-Los juegos se podrán vender, alquilar, prestar o regalar tal y como lo hacemos hoy con los de Xbox 360. Además los juegos que compremos en formato descargable tampoco requerirán de conexión a internet para ser jugados fuera de línea.
-No habrá restricciones regionales y por lo tanto podremos importar nuestros juegos.
Ahora todos los argumentos de mis compañeros de podcast quedan reducidos a que la PS4 es más barata y supuestamente más potente. Yo personalmente no me voy a creer ninguno de estos dos argumentos hasta que las dos consolas salgan al mercado y veamos lo que pueden hacer de una manera un poco más realista.
Así que de momento no me voy a inclinar por ninguna, ni voy a dejarme influir por ninguna «noticia-rumor» troleante, que lo único que quiere, es inclinar la balanza hacia uno de los lados.
Microsoft ha escuchado cuando ha hecho cuentas y ha visto que iban de culo manteniendose en la posturan que llevan dos semanas defendiendo con total prepotencia.
Era bajarse de la burra o no vender ni una.