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De las películas en las que se trata el tema del Battle Royal, en mayor o menos medida, mi top 1 está lejos de los referentes. No se trata ni de la conocida Battle Royal con Takeshi Kitano o Los Juegos del Hambre. La que representa mejor qué es el battle royal mejor que Battle Royal es Danzad, danzad, malditosde Sidney Pollack (1969).
Estoy de acuerdo con cualquiera que la haya visto que no trata de meter a un número determinado de personas dentro de un recinto cerrado y mantenerlos ahí hasta que solo quede uno… Bueno, no. En realidad Danzad, danzad, malditos trata de eso exactamente, solo que en lugar de que cada competidor tenga que buscar armas y matar al resto, aquí se trata, como en una maratón, de ser el que aguante más tiempo bailando. La película trata sobre un concurso mitad baile mitad maratón en el que se aprovechan de las miserias de aquellos que participan, gente pobre y en los límites de la exclusión social. En fin, no hay bazocas, metralletas, ni armas de fuego, pero la raíz es mucho más profunda sobre lo que es meterse en un evento en el que sobrevivir a una tarea imposible solo te va a garantizar una chicken dinner. Tampoco hay distritos que eligen gente para que vaya a matarse, sino que el crack del 29 ya llevó a más de la mitad de los EE.UU a la condena de la miseria. En realidad y a largo plazo no se me ocurre cuál de las dos situaciones es peor.
Si traigo esta película no es solo por ganas de demostrar que he visto algunas películas imprescindibles para entender el mundo en el que vivimos sino porque el título original de la película es They Shoot Horses, Don’t They?(el mismo nombre que el libro del cual la película de Pollack es una adaptación). Si no recuerdo mal se hace referencia a ese acto de “piedad” que se ejerce sobre los caballos heridos a los que se mata cuando están heridos. Ante lo inútil de un equino con una pata rota jarabe de plomo. Nunca he entendido dónde está la piedad del acto (que puede que lo sea, no sé), pero no es el caso del texto. La cuestión es que esos bailarines de la película llegan a un punto de estar heridos tanto en lo físico como en lo moral que se prestan a que les pegen un tiro y dejar de sufrir.
El texto trata de H1Z1, sí, pero lo mejor que le pueden hacer a día de hoy es pegarle un tiro. No sé si merece la pena dedicarle 500, 100 o 50 palabras. Como juego es terrible (los fallos que tiene, la caída de frames, los bugs increíbles, las texturas de mierda, el sistema de combate horrible…) como battle royal engrandece a PUBG por muchos errores que tenga y coloca a Fornite como un juego casi perfecto. No sirve ni como alternativa, si destaca para PS4 es porque la persona que busque una experiencia similar a PUBG en la consola de Sony solo lo va a encontrar a con H1Z1.
Al menos podría sobresalir en el tono y la personalidad (ya que es un juego en el que hicieron zombis, al menos podían haberlos metido en el battle royal para estorbar y darle un punto de tensión extra, pero ¿para qué?). Es terrible, uno recorre el mapa como un pollo sin cabeza porque se estrecha a una velocidad infame. De este modo todo el mundo acaba con un coche en un espacio reducidísimo yendo a por las cajas que caen del cielo ya que, ¿disparar desde la distancia? ¿Con esa balística tan mala? No, merece la pena meterte en el coche y dar vueltas. Un desastre.
Por encontrar algo con lo que he disfrutado: Es gratis; conducir está bien.
Es probable que dentro de un año la mitad de los errores que tiene se hayan pulido y el juego sea jugable, valga la tontería semántica. Pero, ¿ahora? Con Fornite reinando lejos de ser alcanzado (por méritos propios, por otra parte, aunque cuando juegas a H1Z1 revalorizas al resto de competidores). Nos reíamos de Radical Heights, pero aquí solo faltan las bicicletas.
En este maratón de battle royales en la que solo puede quedar uno (un meta battle royal) ya va tocando disparar a los caballos que se les ha roto la pierna. En este caso sin ninguna crueldad, desprecio o antipatía: hay que ahorrarles el sufrimiento a esos equipos de desarrollo que podrían estar haciendo otra cosa y cuidar a los jugadores (pobres) que podrían estar estudiando. No vaya a ser que entre los que están jugando y perdiendo el tiempo entre tanto error haya uno o una que fuera a encontrar la solución para curar las piernas de los caballos antes de que se lleven el disparo y lo perdamos por H1Z1.
El mundo no se lo merece. Seamos piadosos.
