AntiHype programa de radio y web sobre la actualidad del mundo d los videojuegos
Frank Miller en el año 1987, casi 50 después de la creación del superhéroe murciélago más famoso, reescribió la historia original con una obra maestra como fue “Batman: año uno”. Las bases se habían quedado anticuadas después de tanto tiempo y se hizo necesario un nuevo comienzo para un revolucionario desarrollo.
Dos años y muchas expansiones y aventuras después de la salida de Hearthstone se había llegado a un punto en el que el Meta estaba más que instaurado. A cierto nivel en cuanto veías el héroe que usaba tu adversario, sabías casi todas las cartas, combos y forma de juego que tendría; el juego se había convertido en una partida de dominó sin fichas que robar, contando cartas al más puro estilo de los Pelayos para ganar.
Blizzard, con la expansión “Susurros de los Dioses Antiguos”, nos propone una vuelta a las raíces, incentivarnos a desaprender estos últimos meses de juego al darnos herramientas y mecánicas novedosas como el famoso Dios antiguo inspirado en la mitología “Lovecraftiana” C’Thun, el cual realiza un daño igual a su valor de ataque, repartiéndolo de manera aleatoria entre 
todos los enemigos, existiendo la posibilidad de ir mejorándolo aún estando dentro del mazo con esbirros que le aporten cualidades como mejores números o “provocar”. Todo esto nos presenta la posibilidad de hacer mazos centrados en este Dios y resolver partidas en torno a turnos 10 y superiores.
Quizás lo más interesante para los jugadores de alto nivel sean los dos tipos de juego: Salvaje y Estándar. En el primero, todas las cartas publicadas hasta la fecha están disponibles para ser usadas, pero en Estándar solo podremos jugar con el conjunto de naipes clásicos y el correspondiente a “El Gran Torneo”, “La Liga de Expedicionarios” y “Rocanegra” además de las novedades que está última expansión nos trae, dejando para Salvaje todas las cartas, incluyendo “Naxxramas” como “Gnomos vs Goblins” las más antiguas. En resumen, en Estándar se podrán jugar con cartas de este año y del anterior; siendo el modo que predominará en torneos competitivos.
Es evidente que con menos cartas es más fácil nivelar el juego, además de introducir nuevas mecánicas jugables que no entren en conflicto con las ya instauradas, haciendo que los propios desarrolladores de Blizzard estén dando palmas por la libertad creativa con la que se han encontrado. Otro punto a favor de esto es que los nuevos jugadores tendrán más fácil entrar a Hearthstone al estar en menor desventaja respecto a los veteranos que tenían cartas de las expansiones ahora retiradas en Estándar.
“Susurros de los Dioses Antiguos” hace un ejercicio enorme de feedback al empeorar cartas de las que se abusaba y al darle una nueva vida a mazos como el de Chamán o el de Pícaro, aportándoles nuevas mecánicas como “evolucionar” en el caso del primero, es decir sacrificar un esbirro de valor x manás para obtener en mesa uno de x+1, algo que se nota fresco y quizás un poco fuertecito.
Josh Bycer en un excelente post en Gamasutra habla sobre los problemas y ventajas inherentes a un diseño basado en las cartas, destacando como punto negativo que este tipo de videojuegos nos ofrecen una base que en unas cuantas partidas ya tenemos clara, y que más allá de cartas puntuales, este tipo de mecánicas carecen de sorpresa. Podemos decir qué Blizzard ha tenido esto en cuenta y que nos trae una propuesta que busca no caer en la rutina y que nunca tengamos la sensación de «Deja vu» que en los últimos meses se había instaurado, aunque habrá que ver como avanza el juego en las próximas fechas y como los jugadores reaccionan a esta muy buena expansión.
