“Cuanto más aguada le describo la sopa y más rancio el queso y cuanto más vulgares son las palabras y las burlas que pongo en boca de los vigilantes, tanto más los disfruta. Lo escucha todo con el mismo interés que un niño escucha un prodigioso cuento de hadas y después me pide que le siga contando más cosas. Si ...
Leer Más »