Intenta gestionar Raxxon – Reseña

RaxxonDe un tiempo a esta parte (diría que desde 2002) la temática zombi está por todas partes. Así como el zombi clásico que creó el maestro George A. Romero desbordaba a los vivos de forma lenta pero segura, los productos de esta temática no solo han inundado el mercado capitalista (siendo ellos, los zombis, una metáfora del capitalismo en ocasiones y en otras del comunitarismo) si no que lo están ahogando.

En este mercado zombi Raxxon se coloca dentro de dos marcos complementarios: por una parte, es otro juego sobre apocalipsis de muertos vivientes; por otra, es una especie de precuela en cuanto al tema, que no en mecánicas, de Dead of Winter el gran éxito de Plaid Hat Games. De hecho, ni siquiera comparten diseñador principal: mientras que Dead of Winter es un juego de Jonathan Gilmour e Isaac Vega, Raxxon está diseñado por J. Arthur Ellis. Ambos también comparten el aspecto cooperativo aunque en Dead of Winter sea más bien semi cooperativo al estilo Battlestar Galactica: The board game o Shadows over Camelot, por lo que no debería ni siquiera tenerse en cuenta.

Raxxon es un cooperativo para 1-4 jugadores de manejo de cartas mediante poderes variables de personaje y un toque (muy grade) de tentar a la suerte. Se supone que debemos gestionar la inminente crisis zombi para salvar a la población sana de una ciudad hipotética que bien podría ser Raccon City. Aunque uno siente que está manejando un juego bastante abstracto y que la temática está pegada (no queda claro qué es lo que uno hace además de colocar a los sanos en una fila y a los infectados en otra) al menos el arte de las cartas sitúa al jugador en el mood de lo que está sucediendo. (Diría que lo mejor del juego son las ilustraciones de Fernanda Suárez, que también colaboró en Dead of Winter, lo cual dice mucho de esta mujer y poco de Raxxon como juego)raxxon

Cada turno podemos ir descubriendo cartas sobre una parrilla (3×3 para 1 o 2 jugadores, 4×3 para 3, etc.) de cartas bocaabajo. Cada carta representa a un tipo de personaje que se dividen en dos grandes grupos, sanos e infectados, y una variedad de subgrupos (entre los sanos hay celebridades, familia, hostiles… entre los infectados están los propensos, caóticos, etc.) El objetivo general es sacar a los 30 personajes sanos y dejar a su suerte en la ciudad al resto. Aunque el juego da por temática para momentos de tensión moral (como sucede en Dead of Winter) uno acaba por olvidar tanto el contenido del juego como que está gestionando personas: se trata de mover cartas de una parrilla a otra antes de que se desborde. Un funcionario del estado que decide quién se salva y quién no porque gracias al sistema de juego no existe duda alguna de quién es un infectado y quién no. Con Raxxon uno paladea en primera persona la banalidad del mal.

Lo interesante de Raxxon está en que cuando uno toma acciones con su personaje esta tienen consecuencias todos los turnos que siguen. Se produce un efecto en cadena que de no parar en algún momento uno va a encontrarse con demasiados infectados encima y sin poder quitarse de en medio a los sanos. Algunas de estas consecuencias permiten sacar cartas de un mazo que reproduce en cierta medida el mazo de crossroads de Dead of Winter. Pero si en el juego de supervivencia zombi el mazo de crossroads fue la mejora sustancia con respecto a sus referentes de semi-cooperativos aquí el concepto está totalmente deslucido.

En Raxxon el mazo de eventos representa decisiones que uno debe tomar

En Raxxon el mazo de eventos representa decisiones que uno debe tomar sobre qué hacer con la población en las que suele intervenir la corporación Raxxon que da nombre al juego; Raxxon es una Umbrella, a nadie se le escapa. La cuestión está en que cada carta suele tener dos decisiones que tomar y una suele ser más apetecible que la otra. La apetecible lleva a subir el marcador de poder de la corporación, si este llega al número 8 Raxxon toma el control de la ciudad y se pierde el juego. El problema de estos eventos es que rara vez se activan porque las condiciones para que sucedan son complejas de que se den, por lo que uno se ve descartando cartas todos los turnos y que no suceda ninguna. Debe ser así porque de lo contrario Raxxon ganaría casi de inmediato y uno no podría realizar planes a largo plazo. La contrapartida es que uno ve cómo sacar una carta se convierte en algo insustancial con el paso del tiempo.

Otro problema de este mazo de eventos es que transformar lo que el texto te propone en mecánicas acaba por quitarle cualquier peso moral. Supongamos que una carta te dice que si eliminas a un grupo de personas sanas habrá más hueco para contener infectados. Tomas esa decisión y eliminas a las personas de la parrilla. En realidad como jugador te importa poco porque las consecuencias son mínimas: los eliminados vuelven al mazo de juego y tarde o temprano volverán a salir. Es decir, el evento no te ha hecho cuestionarte la moralidad de tus actos (como pretende) sino hacerte perder tiempo. Uno no siente remordimiento, o satisfacción o cualquier otra emoción relacionada con un hecho como el que se te propone sino hastío si tienes que eliminar a alguien o que lo has gestionado bien si lo evitas como el que ha ordenado bien un cajón. De nuevo, igual que un funcionario haciendo su trabajo del día a día, uno que lo mismo te da el registro de la propiedad que te coloca a un infectado en cuarentena.

raxxonEsto último es bastante relevante pero el mayor problema de Raxxon es la rejugabilidad. Las 5 primeras partidas, mientras estaba intentando entender el funcionamiento, me pareció muy divertido. Una especie de tentar a la suerte con cartas, donde uno tiene que saber cuándo debes pasar o qué debes sacar. Sin embargo, una vez superado el tonteo inicial uno se da cuenta de que la relación es monótona. Enseguida aprendes cómo gestionar a los infectados y qué acciones son mejores y cuáles no tomar. Por ejemplo, sale más a cuenta meter a los infectados en contención que matarlos porque si los contienes “limpias tu mazo” pero si les matas acaban por volver pronto. Además como cooperativo es más aburrido aún y acaba por funcionar mejor como solitario pues, al menos, uno tiene que pensar más cómo gestionar la crisis. Raxxon no se presenta como un filler pero por duración o su simpleza pega más como algo para echarse a la boca antes de que llegue el plato principal. Abstenerse de echar dos partidas seguidas porque se le ven todas las costuras.

Para salvar un poco esta repetición de acontecimientos y rejugabilidad pocha desde la web (falsa, claro) de Raxxon  Plaid Hat Games ofrece escenarios específicos para el juego. No los he probado, así que me abstengo la opinión pero al menos promete algo de variedad a un juego bastante plano.

Raxxon se presentó hace un año con una campaña viral bastante original dentro de los juegos de mesa: uno no podía comprar el juego directamente sino que necesitaba que otra persona que lo tuviese te invitara a comprarlo. Si recordáis como comenzó Gmail la promo de Raxxon fue por ahí. Además mandaron copias a los comentaristas de juegos para aumentar el hype, algunos de ellos hasta les siguieron el juego como Rodney Smith de Watch it Played. Ahora está en tiendas y en nuestro país (menos mal) ni siquiera se han molestado en entrar en eso. De echo, Edge no le ha dado una relevancia significativa en su web hasta casi 10 días antes de su salida. Es curioso porque aunque que no ha vendido mal da la sensación de que no es un producto estrella dentro de su línea (si lo comparamos con cómo le dan salida a CMON no hay color, el mismo fin de semana salió Ricard Corazón y ese se ha paseado por bastantes canales de Youtube especializados).

raxxonIncluso a los creadores de Raxxon parece que no les importa mucho el juego pues uno de los atractivos de comprarlo es que te regalan dos personajes para usar en Dead of Winter y que carecen de utilidad para Raxxon. Lo que se puede leer como un aprecio al fan de Dead of Winter también se puede leer como un desprecio por el que compra Raxxon, como si diesen por hecho que es un juego menor que no se puede sostener en sí mismo si no está a la sombra del referente.

Raxxon parece una mezcla entre las buenas intenciones del Pandemic y las agendas ocultas de un juego sobre corporaciones, sin embargo debido a su naturaleza casual y unas mecánicas que se agotan pronto se queda a medio gas. Desde luego que no volvería a invertir en esta corporación si puedo evitarlo.

Acerca de Alberto Murcia

Doctor en Humanidades por la Universidad Carlos III y tecnófilo. Dedico parte de mi tiempo a escribir sobre videojuegos en esta casa tan acogedora. También colaboro en El Estado Mental, Irispress, Zehngames, Deus Ex Machina y Anaitgames

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