Desde 2004 los zombis son el monstruo de horror que más cariño ha recibido por parte de la cultura pop. Si hubo un tiempo en los años noventa donde el vampiro fue el rey del terror, los zombis de nuevo cuño, más resabiados, post-fordistas y con cierto regusto a Internacional socialista, destronaron a la aristocracia palaciega de los Cárpatos. Desde Antihype los redactores elegimos unos cuantos juegos de zombis que a día de hoy nos siguen gustando o que creemos que merece la pena echarle un ojo.
Alberto // @donniedarko01
They are Billions (Numantian Games 2018)
La apuesta de Numantian Games por montarse un RTS que tiene mucho de tower defense se perfila como éxito internacional. Por el momento se encuentra en el early access de Steam y solo se puede jugar al modo de juego de Supervivencia, donde tendremos que aguantar un número de días sin que nuestra base sea arrasada por los zombis. Pese a estar en una fase de desarrollo temprana su acabado es brillante. Tiene la virtud de que incluso a los que no nos gustan los RTS (o que sea nuestro género favorito) consigue atrapar nuestro interés.
Yago // @NonAbizenak
Left 4 Dead 2 (Valve Corporation, 2009)
Ya que estamos haciendo una pequeña lista con nuestros juegos de zombis es necesario incluir Left 4 Dead 2. Un título cooperativo en el que tu misión será sobrevivir junto con otras tres personas en lugares infestados de muertos vivientes. Se puede jugarlo solo pero ganará enteros jugando con unos amigos; solo así podrás marcar retos y estrategias óptimas para cada lugar. Porque Left 4 Dead, aunque parezca lo contrario, sí que permite hacer estrategias. Si se te quedan cortos los mapas la comunidad de Steam ha hecho cantidad de escenarios y reskins propias. En caso de que no hayas jugado, estás tardando.
José Ángel // @razablan
Modo Zombis COD 5: World at War ( Treyarch, 2011)
Recuerdo ver jugar a mi primo a títulos oscuros como pudiera ser el Shadowman de Nintendo 64 o incluso abrazar la temática «zombi» con Resident Evil 2. Nunca he sido un amante del terror pero a mi (entonces) tierna edad tampoco le veía la gracia a jugar a esos cartuchos. Para mi jugar a la consola era ver al rechoncho Mario corretear o coleccionar «pokemones», no pasarlo mal. Como toda persona de bien, había disfrutado como el que más con ‘World at War’ y sus misiones del bando ruso (Pulsar la F para poner la bandera comunista en el Reichstag siempre ha sido mejor que el memístico «Press F to pay respects» de Advanced Warfare), pero esa sorpresa que Treyarch nos desbloqueaba una vez completábamos el modo historia me daba un poquito de cosa a mis ya respetables 14 años. Nacht der Untoten no resultó ser para mí en aquel momento.
Tuvieron que pasar casi tres años para que ya en PS3 mi amigo Iván y yo exploráramos lo que no era más que un easter egg. Eso sí, uno de los más exitosos y prolíficos de la historia de los videojuegos. El aburrimiento estival nos hizo darle un tiento a su vertiente cooperativa y el resultado fueron tardes y tardes de cerveza, mando y reto mutuo por llegar un nivel más lejos en cada nuevo intento. Los zombis pasaron de ser un representante de un género que ahora sí que aprecio sobremanera a simples masillas de un arcade. Uno de los que más horas me arrebataron de mis manos y de las de mi amigo Iván.
Xabi // @Wickedvania
Dead Nation (Housemarque, 2010)
Aquél 17 de abril de 2011 toda nuestra vida se vino abajo. Tan pronto como encendimos la PS3, sabíamos que algo jodido estaba a punto de suceder. El login a la Playstation Network no paraba de fallar. No podíamos jugar a nada online. La Store estaba caída. Sony nos negaba la información, nos decía que no nos preocupáramos, que todo iba bien. Todo mentira: no había que ser un miembro de S.T.A.R.S. para deducir que algo nos ocultaban. Pero no tardamos en descubrir el pastel: Playstation Network había sido hackeada, comprometiendo los datos de sus 77 millones de usuarios. Los supervivientes aún temblamos cuando el PSNGate —así se le conoce— sale hoy en día en alguna conversación. Fue un brote de violencia sin precedentes. Chorros de insultos y memes salpicaron toda Internet. Los xboxers lanzaban los cuchillos como si hubieran salido de una película de John Milius. Las huestes de nintenderos se colaban como ratas en tu foro de confianza. The fucking end of the world.
23 días. Aquél infierno offline duró veintitres días, tres eternas semanas en las que nos vimos obligados a salir a la calle, a ducharnos, a mantener el contacto con seres queridos. De aquella quedamos marcados de por vida, pero, ¿sabéis?, algo bueno sacamos de allí. Como compensación a tal barbarie, Sony nos permitió elegir dos juegos de una lista. Dijo que nos los regalaba, que era lo menos que podía hacer por nosotros. Ignoro si no fue tanto un regalo como un motivo para que no les demandásemos masivamente, pero yo elegí Wipeout HD, una saga a la que le tengo un cariño especial desde que era niño, y otro que no conocía. Me dijeron que con una persona al lado en cooperativo aquél juego era increíble, y que el estudio llevaba desde los 90 creando videojuegos arcade. Su nombre: Dead Nation. Desde entonces no he dejado de agradecer a aquellos hackers la gran labor (imprevista, me temo) de descubrirnos uno de los juegos que más he disfrutado en PS3 y que, de otra forma, hubiera pasado totalmente desapercibido. Gracias, LulzSec.
Diego Rivera // @Ocrivermusic
Trespassers (Crazy Bits, Acceso Anticipado)
Cuando llevas años viendo un proyecto crecer y mejorar, tiendes a tener bastante cariño hacía él -y sobre todo hacía su desarrollador- y ese es el caso de Trespassers, de Crazy Bits. Un título que he visto evolucionar durante unos 3 años y que salió en steam en 2017 en acceso anticipado.
La premisa es simple y directa: el apocalípsis nuclear por fin ha sucedido en la tierra y los únicos que se han librado son dos paletos que tendrán que abrirse paso a través de las hordas de zombis. A través de mecánicas de disparo que nos llevarán a los tiempos de Metal Slug y nos recordarán a un juego más reciente como es Broforce, nos abriremos paso hasta el centro de la ciudad realizando misiones que irán desde activar una bomba, a matar a todos los zombies que encontremos, derrotar a un boss o, la primera misión que yo pude jugar y la más importante de todas, proteger la cerveza.
Uno de esos juegos a los que entras para echar un par de partiditas y te acaba absorbiendo con su pixel-art y el frenesí de la matanza. Un título que habrá pasado desapercibido para muchos pero que los que tenemos la suerte de haberlo encontrado, nos lo hemos pasado pipa. Sobre todo si tienes a un amigo para jugarlo en cooperativo, ahí la experiencia mejora todavía más. Si esto os ha sonado bien, id corriendo a comprarlo en Steam, no os arrepentiréis.