El 18 de enero llegó a Nintendo Switch uno de los juegos más intensos, exigentes, desesperantes y, a su manera, encantadores de los últimos años. Hemos descendido a su peculiar visión del infierno durante estas semanas para hablaros de Darkest Dungeon en Switch; la desesperación ahora cabe en tu mochila.
Darkest Dungeon, creado por Red Hook, llegó en enero de 2016 a nuestros ordenadores y poco a poco ha ido extendiendo su enfermedad, literal y figurada, a diferentes plataformas llegando incluso a Vita, la olvidada de Sony, en un intento de convertirse en una obsesión allá donde fuéramos pero no terminó de cuajar del todo. No obstante, Red Hook volvió a amenazar con traernos Darkest Dungeon a nuestro hogar en forma portátil a través de la consola de Nintendo y el resultado ha sido demoledoramente exitoso; para nuestra moral y horas de ocio.
La propuesta de Darkest Dungeon es bien conocida. Debemos recuperar nuestra antigua mansión familiar de un terrible Mal despertado por nuestros antepasados. Pero no hay en este relato ningún tipo de heroicidad ni visión legendaria de tal gesta. Aquí sólo hay sangre, locura, enfermedades y muerte, muchas muertes. Nuestra herramienta para recuperar lo que un día fue de nuestra familia es el dinero, contante y sonante, un dinero con el que podremos comprar las vidas y brazos de desesperados buscadores de tesoros, mercenarios y enfermos para que hagan por nosotros el trabajo sucio. No te encariñes con nadie, no te aprendas ningún nombre porque tus aventureros no son más que desechables piezas en tu ajedrez.
Embarcamos a nuestros pobres y desgraciados asalariados en expediciones cortas a las ruinas de nuestra familia. Si salen con vida les recompensaremos con una breve estancia en la posada… o en el psiquiátrico y si se recuperan a tiempo volverán al trabajo. Si no se recuperan… bueno, hay más desgraciados de donde salieron así que poco importa echarles de nuestro campamento para hacer sitio a carne fresca. Este continuo ir y venir de aventureros es primordial para tratar de avanzar en el exigente Darkest Dungeon y una vez comprendemos que debemos comportarnos como el CEO de una empresa explotadora solo queda lo más difícil: avanzar en las ruinas.
Porque Darkest Dungeon es un juego que necesita, sobretodo, nuestra atención constante y para eso la Switch viene genial. Debemos realizar idas y venidas constantes a las ruinas para entrenar a nuestros aventureros y dejar que la selección natural (o la hoja oxidada de un sectario) haga su trabajo y nos deje sólo a los más fuertes. Poco a poco podremos mandar a nuestros asalariados a por tareas más complejas, largas y peligrosas para conseguir mayores riquezas y mejorar nuestro campamento. La dinámica es sencilla: entrar a ruinas, sobrevivir, regresar con el botín, descansar y volver a entrar en las ruinas un poco más lejos.
Esta dependencia para realizar un loop completo encaja bien con la filosofía de Switch puesto que, aunque algunas incursiones son bastante largas, siempre podemos hacer algunas que apenas duren cinco o diez minutos para subir de nivel a nuestros aventureros más novatos o para conseguir algún recurso específico. El formato híbrido de la consola de Nintendo dota de un nuevo fondo al juego. Es cierto que este fondo ya existía en Vita, la posibilidad de viajar con él, pero en la consola de Nintendo el juego está mejor optimizado en cuanto a controles y posibilidades. La pantalla es más grande, lo que facilita leer textos y características, y se ha optimizado el juego para su uso vía pantalla táctil. Aunque esto último sobre el papel pudiera parecer la panacea lo cierto es que no es difícil abandonar el control táctil y pasarnos al control más tradicional porque Red Hook ha hecho un trabajo más que decente portando sus controles a Switch y, gracias al doble gatillo, se evitan extrañas combinaciones de botones para ciertos menús como sucedía en Vita.
Darkest Dungeon llega a Switch acompañado también del contenido que ha creado Red Hook para el juego. El nuevo personaje, The Shieldbreaker, junto con su contenido relacionado; objetos, algo de lore y varios nuevos enemigos y el gran DLC creado hasta la fecha. The Crimson Court es la primera expansión para la campaña del juego original permitiendo una nueva aventura de manera paralela añadiendo una clase; el flagelante, y una nueva zona completa con nuevos enemigos, jefes finales y trampas. Red Hook continúa inmersa en la constante mejora y ampliación de Darkest Dungeon y lo cierto es que su propuesta narrativa y jugable les abre muchos caminos para ampliar y perfeccionar con cada nuevo contenido el juego básico.
El rendimiento del título en Switch no nos ha dado ningún problema y nos permite tener buenas sesiones de juego en modo portátil, siempre que nuestra cordura aguante, sin necesidad de vivir enchufados al cable de la corriente. La llegada de Darkest Dungeon a Switch, algo que muchos pedíamos y veíamos perfecto, no podía haber tenido mejor resultado. Si alguien no tuvo el placer, o la desgracia, de caer en sus garras en PC o Ps4 puede que la propuesta portátil de Switch sea el empujón que necesite para caer en la locura.