Tanto zombi y tan pocas balas After the Virus – Análisis

Encabezado After the virus

 

Agradezco mucho que haya gente que se dedique a probar cosas que yo no me acercaría ni con un palo. Me pasó recientemente con el videojuego Tormentor X Punisher y me ha vuelto a pasar con After the Virus. Es curioso pero After de Virus podía haberse llamado sin mucho problema Tormento y castigo por su dificultad.

El juego que publica en su catálogo español la elegante Maldito Games demuestra que las cosas feas a rabiar y con una temática trillada hasta la nausea pueden ser juegos de calidad.

A estas alturas del 2018 “lo zombi” nunca jamás había estado tan presente en la cultura popular. Raro es el mes que no vamos a encontrar un producto de consumo rápido que no lleve la temática zombi pegada. Es cierto que vivimos momentos apocalípticos (o post-apocalípticos, pues el fin no va a ser un gran boom sino algo más sutil) y la iconografía zombi es la que mejor ha sabido captar todas las neurosis de principio de siglo XXI: la tecnofobia, las conspiranoias, los virus imparables y, en fin, el miedo al otro como mal radical. No tiene pinta de que esta lluvia torrencial vaya a amainar en breve.

after the virus antihypeDesde pequeño he sido muy fan de los zombis. En los 80 no había tantas y entre las favoritas estaban las que ahora son reverenciadas. Romero, como no, alguna de Lucio Fulci (no necesariamente de zombis), Dario Argento, Cronenberg (las primeras) y, salvando las distancias, No profanar el sueño de los muertos del patrio Jorge Grau (que se tradujo al inglés como Breakfast at the Manchester Morgue o, mucho mejor, La venganza de los muertos vivientes II en Brasil). Ahora uno puede ir saltando de cabeza en cabeza de zombi en la cultura y recorrerse toda la península. Así es la kulturipop en sus dinámicas.

Si uno siente empacho de zombi como si se hubiera comido al vecino de 120 kilos de peso, en efecto, está en el mismo barco de mucha gente.

 

Dicho esto, y como comentaba al inicio, existe gente que se atreve a probar cosas a las que no me acercaría ni con un palo. Si no es por estas personas hubiera tardado en caer en cuenta de que el autor de After de Virus es Jacob Fryxelius el mismo del imprescindible Terraforming Mars. Pese a que dar el bombazo con un juego no es condición necesaria para repetir éxito es cierto que el que va después del bueno va a recibir mayor atención.

After the Virus es un juego para 1-3 cooperativo de construcción de mazos en los que debemos enfrentar oleadas interminables de zombis mientras resolvemos los objetivos que se nos proponen. Se juega bien solo pero escala igualmente bien pues, un poco como sucede con Terraforming Mars, la interacción entre jugadores es escasa. Como también sucede en el juego de hacer habitable Marte, After the Virus plantea un equilibrio entre con qué cartas construirte el mazo y qué cartas dejas en la mesa para montar una maquinaria eficiente contra los ataques.

Si uno logra superar el trago de los zombis y del arte (las cartas las ilustra un familiar de Feyxelius) lo que queda es un juego sólido como una roca y extremadamente divertido, pese a ser un tanto azaroso.

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Como todos los juegos de deckbuilding partimos de entrada con unas cartas fijas. Estas se nos da  según sea el personaje que elegimos. Hay 4 y el estilo de juego es bien diferente según lo que pillemos. Conforme exploremos podemos ir añadiendo a nuestro mazo o a nuestra mesa nuevas cartas que ayudan tanto a defendernos contra los zombis como a salvar supervivientes. Sin embargo, cada vez que nuestro mazo se agota y debemos volver a barajar hay que añadir tantos zombis como el nivel de oleada que tengamos en nuestro tablero de personaje. Esto significa que la quinta vez que barajemos tendremos cinco zombis que, seguro, van a salir a la mesa a comernos el cerebro.

Pese a que la dinámica que plantea Fryxelius hubiese sido suficiente para que el juego fuese bueno, este viene con una especie de campaña con diferentes escenarios, cada uno de ellos con sus objetivos y condiciones distintas. 16 escenarios en total que van escalando en dificultad. Y ojo, el juego es muy muy muy difícil. Tan dificil que resulta prácticamente imposible. Si esto fuese un videojuego los streamers estarían todo el día dándole.

Mientras que la misión 1A es un paseo por el campo en la 1B comprendes por qué dicen que After the Virus es difícil. Cuando llegues a la 2A es bastante probable que creas que no hay nadie en el mundo que se lo pase.

Según dice Rahdo, el comentaristas de juegos de tablero en Youtube, Fryxelius reconoció que él ganaba solo un 60% de las veces. De ser esto correcto, que no es de extrañar, no solo nos dice que el juego es muy difícil (de verdad que lo es) también es necesario decir que esto sucede porque en muchas ocasiones dependes de la suerte para poder salir adelante. No es de extrañar que uno deba depender del azar en un juego cooperativo porque parte de la gracia está en no saber qué va a encontrarse uno. Sin embargo, la suerte no está en lo que te va a salir de tu mazo porque al ser un deckbuilder es aquello que uno más controla. El problema viene cuando los objetivos de una misión te piden que, por ejemplo, busques 5 armas y las destruyas junto con un superviviente para liberarlos. Si tenemos en cuenta que el número de armas en el mazo es baja y que buscar cuesta cartas de la mano, uno no acaba de tener tiempo para hacer todo lo que se le pide antes de comenzar a estar desbordado por las oleadas de zombis.

La parte buena de esto (muy buena) es que las partidas son rápidas. En 15 minutos o menos has triunfado o has perdido y resetear el juego es casi inmediato por lo que puedes volver a intentarlo sin demasiado esfuerzo. Es una ventaja porque si uno tuviese que mover miles de piezas para comenzar de nuevo el nivel de hastío y frustración llevaría a cualquiera a poner el juego a la venta. La contra, como decía, es depender de la suerte.

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Los componentes son decentes pero tampoco es que sea un juego exigente en ese aspecto: cartas, un par de contadores y los tableritos de los personajes. El arte, por lo general, deja muchísimo que desear y solo alguna que otra carta se ve interesante; uno se acostumbra a todo, eso sí. Las reglas son bastante desastrosas y uno debe pasarse por BGG para leer los comentarios del propio Fryxelius para resolver dudas. Pese a que el juego es muy sencillo existen cosas que no quedan para nada claras en las reglas. En ese sentido no me parece que hayan hecho un buen trabajo en Fryxgames (se nota que la traducción Francisco Carvajal es correcta y que el problema viene de antes).

After the Virus se ha puesto rápidamente entre mis preferidos de los juegos de mesa rápidos y furiosos. Cada escenario es un enigmático puzzle que hay que resolver mediante maquinarias que funcionen bien engrasadas. Maldito Games acertó tanto con Fryxelius como con Jamey Stegmaier (Scythe, Chartersone) cuando decidió apostar por estos dos grandísimos personajes del mundo del cartón.

 

Acerca de Alberto Murcia

Doctor en Humanidades por la Universidad Carlos III y tecnófilo. Dedico parte de mi tiempo a escribir sobre videojuegos en esta casa tan acogedora. También colaboro en El Estado Mental, Irispress, Zehngames, Deus Ex Machina y Anaitgames

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