La ventisca de imperativa hiperexcitación Overwatch – primeras impresiones de la Beta

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Es posible que ya se haya dado cuenta de que está apunto de iniciarse una tremenda competición por hacerse con el pastel de los MOBA en consola. También saben que el sitio natural del MOBA era el PC, así que cualquiera de los que nos vamos a encontrar ha buscado la manera adecuada para traducir sus pretensiones a la sencillez de la consola. De esta forma supondrán acertadamente que el fin último de un MOBA exitoso es que las retrasmisiones de Twitch se multipliquen y que miles de personas jaleen a sus equipos de e-sports. Es un mundo competitivo y los MOBA son el paradigma de lo competitivo vestidos como juegos de cooperar. Es cierto que cooperar es fundamental, pero oiga, aquí se trata de ser el mejor y no está muy claro que ser el mejor pueda congeniarse con la idea de cooperar sin que esté el concepto de “destacar” de por medio. El fútbol lleva desde que es un deporte mundial tratando de cuadrar ese círculo; a veces lo consigue. Overwatch es la apuesta de Blizzard en los MOBA. El juego se lanza a la arena disfrazado de FPS, y no ha venido a participar en la pachanga de barrio, sino a ganar la Champions.

Esta mañana se presentó para la prensa la beta de Overwatch en el HUB de Madrid. Cerca de la avenida de los museos. No sé si es lo más apropiado, pero el simbolismo oblicuo y no buscado nos exige pensar que andamos en una actividad cultural equivalente a las del Caixa Forum o Media Lab Prado, localizados a escasos metros del HUB. Seguramente no es para menos, es la nueva IP de Blizzard desde hace mucho tiempo, y con Blizzard todo son palabras mayores. El rostro de esta compañía es la de un mastodonte capaz de romper el mercado relacionado con el género de su IP, pero el paquidermo siempre va a tener un rostro amable y simpaticón. En cierto modo es el secreto de su éxito, nunca descubren la rueda pero la hacen aprehensible para toda clase de públicos sin descuidar su fondo ultracompetitivo.

En la presentación de la demo en la que la prensa ha sido invitada en el día de hoy en el HUB de Madrid nos han prometido unas cuantas cosas. Aunque la persona que nos trasmitió la información nunca adoptó una pose mesiánica (ni mucho menos), me pareció conveniente tomarse esas promesas como si fuesen las tablas de la Ley. Primero, Overwatch no es un port desde PC sino que ha sido diseñado específicamente para cada consola (nosotros probamos la versión de PS4). Segundo, saldrá la beta abierta de Overwatch el día 4 para los que tengan reserva, día 5 para el resto. Durará el fin de semana (4 días). Además, si lo reservas tendrás un pase extra para que otra persona que no lo haya reservado lo pruebe; puedes traer a tu plus one a la fiesta de los elegidos. Tercero, el contenido adicional que irá llegando con el tiempo a Overwatch, que incluye nuevos personajes que añadir a los veinte iniciales y más mapas, será gratuito. En este sentido se aleja de la moda del “esto es free-to-play” que solo lo son de boquilla. Aquí paga por el juego y lo demás es gratis. Y esto es bueno, muy bueno.

La continua insistencia de la persona de relaciones públicas sobre el primer punto con comentarios como “los que venís del PC no vais a notar diferencia” me hizo pensar en lo evidente, que aquí se está tomando el cielo de los MOBAS de consolas por asalto, pero siempre con rostro humano y amable.

Entonces, ¿qué tal la beta / demo? Supongo que podría decir que es Blizzard y ahorrarme el resto del texto. Y sí, lo es, para lo bueno y para lo malo. Aunque algo me ha resultado innegable, se siente demasiado bien la experiencia. Reconozco que me costó un buen rato abandonar la pose cínica ante tanto color y barullo, pero a los veinte minutos ya estaba como en casa. Sí algo saben hacer esta gente son juegos competentes, sólidos y adictivos. En principio, Overwatch cumple estas tres premisas.

Sí, Diablo III fue un bluff en su salida para PC, pero qué quieren que les diga, yo llegué tarde a su port para Ps3 y lo disfruté mucho (también la experiencia fue como sentirme en casa), aunque creo que a día de hoy no me acercaría a tocarlo ni con un palo. ¿Mi teoría al respecto de por qué me pasa? Pues que todos sus juegos son tremendamente repetitivos y acaba por convertirse en una competición absurda por no se sabe qué a no ser que competir sea un fin en sí mismo. Incluso juegos cooperativos como World of Warcraft (ya sé que hay Pvp) a veces parecen el LoL. En fin, que no suele ser de mi agrado la competición, vaya esto como descargo a las intenciones de Blizzard: en este sentido me siento bastante parcial.

En la Beta gratuita vais a poder jugar con los veinte personajes y, si no me equivoco, dos modos de juego de los tres que habrá también van a estar disponibles –al menos son dos los que probamos. Uno en el que un equipo toma el rol de atacante y otro de defensor de puntos estratégicos, y otro del tipo “toma la bandera”. El modo más interesante no lo probamos; se nos dijo que consiste en escoltar un material explosivo de un punto a otro del mapa mientras el equipo contrario trata de arrebatarlo. Una lástima.

Los personajes se dividen en cuatro clases: defensores, atacantes, tanques y apoyo. Os podéis hacer la idea de cuál es su función en el grupo. Cada personaje posee habilidades únicas y una forma de afrontar los problemas de manera diferente. Ninguno de los diseños de los personajes son espectaculares pero cumplen el estándar de blizzard de resultar simpáticos aunque sean “malvados”. Aunque esté ambientado en la Tierra, la excusa del futuro les da pie a que haya personajes extravagantes como un gorila, robots, lolitas con mechas, cyberasesinos, algo así como una elfo oscura,  hasta un clon del Clint Eastwood en la Trilogía del dólar e incluso un enano de los clásicos de Blizzard. No sé hasta qué punto están equilibrados, pues no había tiempo suficiente para hilar tan fino, pero me da la impresión de que hay unos cuantos personajes estrella que se van a ver muchos y otros no-tan-buenos reservados para los pros de corazón que creen sacar oro de cualquier cosa (y lo hacen). La chica de la pose polémica es de esos personajes que predigo que se verán bastante, sus habilidades lo merecen.

 

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Malvados pero simpáticos

Por primera vez los mapas están ambientados en la Tierra y no en un lugar ficticio. Pero claro, siendo Blizzard se reservó la carta del realismo solo de forma figurativa. La acción se desarrolla en un futuro que han cargado de flavor al que el usuario podrá ir accediendo, entre otras cosas, a través de esa maravilla de vídeos que están haciendo de cada personaje; La historia de los cortos es bastante intrascendente, pero los CGI son de morirse de envidia. Es un futuro brillante en el que conviven androides y humanos, aunque se intuye que existe una facción que está en contra de que haya paz y amor (literalmente) entre humanos y robots. Es un mundo en el que los conflictos se resuelven a hostias, es decir, algo muy parecido al nuestro. Es destacable que, debido a la línea estética de Blizzard, han recuperado una visión del futuro que no es apocalíptica, sino esperanzadora, al menos en cierta medida, lo que, dado el cariz de futuro noir que impera de manera hegemónica, esto es airear la habitación y que entre el sol. Claro que hay que tener en cuenta que el sustrato ideológico es el de que la emancipación humana siempre estará amenazada por el constante conflicto bélico ya sea a pequeña o a gran escala, por lo que la yuxtaposición de ese futuro brillante y pulido con una guerra sin fin no acaba de encajar en mis esquemas.

Como Overwatch se sitúa feliz en esa extraña asociación entre videojuegos y bebidas energéticas, todo es luz, color y velocidad. Yo soy un viejales, así que tomo café, y a lo mejor no soy su target. Tanta vitalidad de este shooter en el que las armas no lanzan besos porque la gente se enfadaría (no he visto jamás un juego de disparos y que no sea de broma en el que las armas se sienten tan livianas o banales), exige tomarse un Rasta Monsta de Luis Guzman e ir a por todas. A ganar a ganar y a volver a ganar. Tan energético es el asunto que un compañero de la prensa no dejaba de criticar a sus compañeros de equipo mientras se alababa a sí mismo por los logros. Y eso que solo era una presentación donde, que yo sepa, no nos jugábamos nada, ¡ni tan siquera la honra! A mí la organización me ofreció viandas tras la presentación, incluso pese a que mis estadísticas del día no van a estar en el Hall of Fame de Battle.net.

Como todo el mundo sabe, no se puede ser el mejor sin los reflejos del tigre. Eyes of Tiger. Pero ojo, porque si Overwatch hace algo bien es reconocerle al mejor que lo es. Cuando acaba la partida señala al MVP de la partida y reproduce su mejor jugada. Pero al igual de injusto que los Balones de oro solo caigan en los delanteros con la excusa de que son ellos los que dan partido, aquí los que más matan con multikill son los que salen en la foto. Esto es un problema, porque se supone que estamos en un juego de equipo y una de las clases es la de apoyo. Un buen trabajo de apoyo es curar, dar energía, velocidad, revivir, o debuffear a los rivales. Esto no mata, esto es colaborar, es un tanto invisible, y no se te va a reconocer. Sí, existen algunas estadísticas al final de partida que te puede señalar como relevante, pero oiga, yo quiero ser el mejor y el mejor es el que hace pentakill, perdón, multikill. A mí que me suelen gustar las clases de apoyo, porque no soy muy agresivo, perdí la fe en apoyar y quise salir en la foto, así que me puse un tanque y a correr. Pero esto no es el Quake, o al menos eso creí entender.

Y aquí viene el último problema, derivado de lo anterior: en ningún momento me dio la sensación de que hubiese un trabajo de equipo. Obviamente, en esto influye el hecho de la gente con la que me emparejaron no eran conocidos, pero es que esto es lo que posiblemente le pase a un alto porcentaje de jugadores casuales. ¿Disfrutarán el juego? Lo más probable es que mucho. Ganarán si se enfrentan contra un equipo organizado. Seguramente no; pero es que así debe ser, si no ¿qué razón de ser tiene un juego competitivo que aspira a ganar al resto de MOBAs y erigirse como la única alternativa en consola de los e-sports? ¿Algo para casuales? El caramelo es la facilidad de entrada, la droga es jugar bien, pero la adicción, la ambrosía del mundo moderno, es ser el mejor: que un canal de youtube te haga un video a cámara lenta mientras cuentas cómo dejaste el instituto para dedicarte a ser jugador profesional; que se te reconozca como pieza indispensable en la maquinaria de tu equipo. Es ahí donde se forjan las leyendas. Para eso ha venido Overwatch. Nace con síndrome de hiperactividad pero también como un lindo disparo al corazón de las pulsiones de gloria.

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Acerca de Alberto Murcia

Doctor en Humanidades por la Universidad Carlos III y tecnófilo. Dedico parte de mi tiempo a escribir sobre videojuegos en esta casa tan acogedora. También colaboro en El Estado Mental, Irispress, Zehngames, Deus Ex Machina y Anaitgames

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Un comentario

  1. Por fin encuentro un ratito para leerte estas impresiones Alberto.

    Yo tuve la suerte de probar el juego hace ya bastante en su beta de PC, y ufff el juego me encantó la vertiente cooperativa, pero no acabo de ver la competitiva.

    Ni tengo claro como serán las partidas rankeadas ni como será el modo espectador para poder retransmitir las partidas, demasiado artificio y creo que puede quedar poco claro lo que pasa en cada momento del juego.

    Pero si algo he aprendido con los deportes electrónicos es que al final los jugadores les encumbran o les defenestran.

    Un gusto leerte como siempre!

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