Sacando la espina clavada...3 años después Brothers – A Tale Of Two Sons – Análisis

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Escribir sobre un juego que ha salido hace 3 años no es algo que hagamos habitualmente en Antihype. Pero es que desde que hablamos de Brothers – A Tale Of Two Sons en el programa, tanto a Kike como a mí nos quedó una sensación amarga sobre cómo lo abordamos . El juego no nos había gustado; no nos parecía nada del otro mundo más allá de un control novedoso y los puzles no eran precisamente de lo más ingenioso. Pero el tiempo pasa y cada vez más voces se sumaban al discurso “ este juego es diferente, merece la pena, es buenísimo”. Y el hecho de no haberlo acabado o de quizá no haberlo jugado en las mejores condiciones (si llegáis al final os lo cuento) han hecho que estas vacaciones pasadas tomara el toro por los cuernos y le diera una segunda oportunidad; dado que el juego dura alrededor de las tres horas la ocasión me pareció propicia.

Brothers-A-tale-of-two-Sons-Antihype-2Advierto, querido lector, que este texto se va a describir con detalle la historia del juego. Ha pasado el suficiente tiempo como para que estos detalles puedan ser relevados. Si aún no lo jugaste y tienes interés, te recomiendo jugar a Brothers – A Tale of Two Sons antes de seguir leyendo.

No tengo muy claro si con este texto pretendo buscar la redención ante una injusticia, o justificar mis opiniones de antaño, pero el caso es que visto con la perspectiva del tiempo Brothers – A Tale of Two Sons no puede tildarse de un juego irrelevante. Todo lo contrario. Es un juego importante dentro de la historia de la anterior generación y cuyo éxito hizo que se portara a prácticamente a todas las plataformas existentes hasta la fecha.

Brothers – A Tale of Two Sons está desarrollado por Starbreeze Studios y cuenta la aventura de dos hermanos que van a buscar un agua milagrosa para salvar la vida de su padre, enfermo y sólo ese agua que está al otro lado del mundo puede hacerle sanar. Si a esta premisa le añadimos que su madre murió ahogada delante del menor de los dos hermanos sin que este pudiera hacer nada para salvarla, ya os podéis imaginar el cuadro familiar que tenemos por delante.

El juego, sin duda, se recordará por dos cosas. La primera es su mecánica, o la manera que tenemos de llevar a los personajes. A diferencia de otros juegos, en esta ocasión manejamos a los dos hermanos al mismo tiempo. Usando los sticks analógicos y los gatillos (en el caso de un mando de Xbox 360) para mover y realizar las acciones principales. Mecánica que está lo suficientemente bien resuelta como para no resultar liosa. Es lo suficientemente sencilla como para que pueda resultar frustrante. Brothers – A Tale of Two Sons es como otros tantos juegos cuya mecánica no pretende ser un obstáculo para la narrativa, simplemente es un vehículo que nos lleva hacia el siguiente paisaje bonito con el puente destruido y que, accionando palancas y podremos superar usando las habilidades de nuestros avatares.

El segundo motivo para que sea memorable es que Brothers – A Tale of Two Sons es un juego que te quiere contar una historia, una que no es feliz, precisamente.

Rara vez viendo una película de animación me encuentro con finales que no sean family friendly. Cierto es que Pixar se acerca a contenidos cada vez más escabrosos, pero el final siempre hay un arco iris. Cuando termina la película, miras atrás y ves lo que has aprendido en el camino, pero nunca lo que has perdido para poder llegar has allí.

¿Es la pérdida algo inevitable en los viajes? A priori parece que no. Desde las más antiguas historias nos cuentan cómo el protagonista de la historia perdió a compañeros en el camino. De esos que te acuerdas en las películas hasta que el siguiente dragón ataca y luego se te olvida.

Pero pensar y reflexionar sobre lo mucho que nos ha costado llegar hasta allí no es algo que lo vea tan a menudo. Quizá porque es un sentimiento jodido y casi siempre te arrastra a la melancolía y la tristeza. Un desasosiego que, como en el libro de Pessoa “EL libro del desasosiego” te lleva a divagar ante cuestiones tan cercanas como la cotidianidad de que alguien simplemente esté a tu lado.

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En los videojuegos, me suele ocurrir lo mismo. Encuentro finales para todos los gustos, pero siempre con protagonistas que, suelen salir más sabios de sus aventuras, pero no más dañados.

Brothers – A Tale of Two Sons es un juego diferente en eso. Los protagonistas acaban su historia, más sabios, pero no más felices, más bien todo lo contrario. Es un juego cruel escondido bajo el aspecto gráfico de un producto de Nintendo. El tono ya os lo comenté, la primera imagen es el llanto del hermano menor tras verse incapaz de salvar a su madre. El final es igual de tremendo.

Tras múltiples tribulaciones encuentras a una doncella en apuros, que consigues rescatar con gallardía e ingenio. Esta te ayuda a superar los últimos obstáculos e incluso se produce un acercamiento romántico entre el hermano mayor y ella. Final feliz, piensas, ¡vaya, qué bien!

Pero ¡oh, sorpresa! Resulta que esta bella doncella, no es ni bella, ni doncella. Es una araña que te traiciona y que a punto de morir tras una dura batalla lanza un golpe mortal al hermano mayor.

Brothers-A-tale-of-two-Sons-Antihype-1¡Joder, que putada! Pero aún queda esperanza, porque el árbol mágico de la vida, al sitio dónde tenías que llegar para salvar al padre, está ahí al alcance de la mano.

Entre sollozos, el hermano menor hace todo lo posible para ayudar a su hermano del alma, pero le es imposible. En una escena arrebatadora, el hermano menor prepara una tumba a los pies del árbol para su hermano. Allí deja el cadáver.

En esta escena en la que controlas al hermano menor, Brothers te obliga a ser lento y pausado, titubeante. Recordemos aquí que las acciones de los hermanos estaban divididas entre los 2 sticks y los 2 gatillos; pues bien, el juego te obliga a usar los controles del hermano mayor, aún siendo el pequeño. Una manera de acentuar el como el menor se tomado el puesto del mayor ahora que se fue para seguir superando los avatares de la vida.

Este es, sin duda, el mejor momento del juego. Cuando se dan la mano el aprendizaje y la pérdida del viaje. Y pese a que todo a tú alrededor es triste – es de noche, llueve, hay fuerte oleaje y frío – los recuerdos de tu hermano, sus enseñanzas y espíritu están ahí para darte las fuerzas para hacerte continuar. Es un momento muy emotivo, sin lugar a dudas.

Porque sin esta historia Brothers, sería un juego menor. Los puzles son anodinos, la mecánica, muy original, sostiene por sí sola al juego.

Me paro y pienso, ¿fuimos injustos con Brothers – A Tale of Two Sons cuando hablamos de él hace 3 años? Lo cierto es que sí y no. Lo fuimos porque no lo acabamos y no nos lo tomamos en serio. Porque no vimos la parte relevante del juego y eso hizo que lo desmereciéramos.

Y no, porque el juego es un melodrama que juega con tus sentimientos y que está diseñado para que tú, jugador, sufras con una historia pensada para hacerte llorar. Porque a nivel narrativo todo lo que ocurre es evitable, como lo es al nivel de la jugabilidad. Si está así resuelto es para producir de forma artificiosa el llanto del jugador.

A nivel de empatía con los personajes (o su trasfondo) no lo encuentro más emotivo que la película de Antena 3 del sábado por la tarde. También es cierto que no tengo hermanos y que, por alguna extraña razón, ciertas representaciones cuyo fin sea la muestra de ciertas emociones, no funcionan conmigo. No obstante, es de agradecer la valentía del estudio de desarrollo por introducir estos giros de guión, como que la pérdida forme parte del viaje, y no solo el aprendizaje.

Lo cierto es que me he sacado una espina que tenía clavada. Sabía que no había sido justo con el juego y que rectificar, si es necesario, es de sabios. Brothers – A Tale of Two Sons es un buen juego, no estará nunca entre mis preferidos, pero que me hace aprender una valiosa elección, jugar a juegos con tus amigos mientras estás borracho, puede cambiar tu percepción (y no solo de los juegos).

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Acerca de chesaronne

Presentador del programa. Ideólogo y ex miembro de la Cofradía del Cachopo.

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2 Comentarios

  1. Bravo por el análisis, por la rectificación y ante todo por haberle dado una segunda oportunidad. En los tiempos que corren son virtudes que no abundan y de verdad que se os agradece y valora el gesto de salir a la palestra y decir «señores, nos equivocamos con esto».

    Yo era uno de los que pensaban que no habíais sido del todo justos con el juego al analizarlo en su día. No se me malinterprete, valoro las opiniones y más cuando son razonadas. Pero se notaba que no habíais sido todo lo rigurosos que soléis ser, máxime cuando ni llegasteis a acabarlo y efectivamente, ahí estuvo el gran error.

    Aunque reconozco sus errores y coincido en tu lectura del melodrama guiado para llegar a la patata del jugador, cosa que repudio en cualquier producto audiovisual, creo que en Brothers tiene su razón de ser. Personalmente entendí todo ese aire naif e infantil del argumento como un cuento narrado desde la perspectiva de los niños protagonistas, como ya hacía esa enorme película de 1955 «la noche del cazador». Donde los malos son muy malos, los buenos muy buenos y las dificultades tienen una escala de epicidad desmedida. Además es un título que invita a dejarte llevar para alcanzar ese final donde se encuentra todo el meollo del discurso que trata.

    Fíjate que llegué a él por vuestro análisis inicial, cosa que afortunadamente no me frenó a probarlo, pués andaba por entonces buscando juegos de mecánicas sencillas que me permitieran acabarlos junto a mi hermana de forma cooperativa y picarla en el mundillo videojueguil. Y aunque sé que no es la forma más ortodoxa de jugarlo, me llamó la atención por el sistema que usásteis vosotros para hacerlo (jugar dos personas en el mismo pad, cada uno con un stick). Al final resultó ser todo un acierto, pués al tratarse de una obra que habla sobre el amor filial y la cooperación, acabó convirtiéndose en una experiencia muy divertida y emotiva para ambos. Imagina cuando llegamos al final y tuvo que desenvolverse con lo aprendido sin mi ayuda…
    Quizás por ello a mi me acabó ganando especialmente y es un juego del que guardo un grato recuerdo.

  2. Lo jugué hace dos años fruto de las rebajas de Steam y me encantó, aunque no le encontré tantas lecturas.

    Por nombrar otro indie a resaltar y que tampoco tiene tanto reconocimiento como mereciera: Dust, an elysian tail.

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