Back to the roots, consolegui Far Cry Primal – Análisis

Sensaciones extrañas y diferentes me ha producido este Far Cry Primal. Incluso a la hora de escribir este artículo. Artículo que empecé, no a escribir, pero sí a pensar en cómo sería días antes de que el juego estuviera en mis manos.

Tenía una idea muy aproximada de qué es lo que iba a sentir mientras jugaba a este Far Cry y que es lo que querría contar cuándo me sentara a escribir este análisis. No es que, para mi desgracia, haya adquirido poderes de adivinación, es que probablemente los juegos de Ubisoft tengan una cualidad, un sello que los hace inconfundibles y que hace que todos sus juegos, se parezcan tanto entre ellos que, sin jugar, sí que seas capaz de ver un poco el futuro.

Los juegos de Ubisoft se parecen mucho a un tipo muy concreto de series de televisión. Tan canónico es que tiene hasta su propio nombre series procedimentales.

Son series con una fórmula definida, concreta y estable. En las que una muerte o una enfermedad necesitan ser averiguadas antes de 60 minutos, anuncios incluidos. Fáciles de comprender para, ese espectador medio, agotado por su trabajo que solo pretende sentarse y pasar un buen rato frente a la televisión sin la necesidad de usar el cerebro demasiado.

Pues bien, Ubisoft ha calcado esa estructura en sus juegos. Es una estructura tan clara y conocida que todos nos las sabemos de memoria. Es como leer. Si sabes leer un libro, sabes leerlos todos ( mientras esté en el idioma con el que aprendiste a leer). Si sabes jugar a un juego de Ubisoft, saber jugarlos todos. Concretamente con Far Cry, sabes que:

Te vas a escapar de un sitio, vas a subir a una atalaya/torre/hoguera que te descubre mapa, vas a ir por el mundo haciendo el hijoputa contra los malvados, vas a matar animales para mejorar cosas y te vas a drogar. Esto, es así.

La fórmula ayuda, sin duda, a que jugadores que no sean muy prolíficos en la compra de juegos se adapten rápidamente y que el proceso de aprendizaje necesario sea el menor posible. Así haces que tus juegos sean aptos para todos los públicos y por supuesto aumentando las ventas.

Pero hay que decir que la fórmula de Ubisoft, funciona. Al igual que funciona en las series de televisión. En los títulos de Ubisoft liberar campamentos, hacerte bolsas más grandes o hacer saltos de fe, funciona y hace que sea divertido. Ver subir barritas y estadísticas es algo que parece ser que a los seres humanos nos atrae increible, no me preguntéis por qué porque no tengo ni puta idea.

Esta fórmula tiene un lado malo, es que si la juegas cada poco tiempo, se te acaba atravesando, te agota y te quita las ganas de continuar porque no encuentras el estímulo suficiente para hacerlo. Quizá dentro de unos meses te pueda llegar a resultar atractivo, ahora mismo no lo es.

Y aquí tengo un problema. Far Cry Primal es el mejor Far Cry que ha salido y sin embargo es el primer Far Cry que probablemente no me llegue a terminar. Como bien dijo Kike cuándo hicimos la preview en el programa: la edad primigenia del hombre es la que mejor le sienta a la saga. Cazar, recolectar, pertrecharse bien para luchar contra una naturaleza salvaje, tiene todo el sentido del mundo. El no tener una variedad infinita de armas semi-automáticas consigue que la experiencia siga siendo creíble varías horas después de empezar el juego. El cambio de un sistema de combate más similar al de Skyrim que al de un Call of Duty se agradece. Y mucho. Es un cambio de estrategia radical frente al llevar un lanza cohetes y que te dé igual todo. Aquí has de preparar mínimamente el asalto a los campamentos.

Far Cry siempre ha intentado premiar el sigilo, prefiere ser más Dishonored que Saints Row, pero la inclusión de armas cada vez más grandes, con mayor capacidad de daño y con un sistema de detección que no siempre funcionaba como se suponía, hacia que el jugador tirara por la calle del medio, los asaltos se convirtieran en una pandilocura de “yo contra el mundo”. Recordad que en Far Cry 4 se incluyó la posibilidad de ir junto a un amigo para, precisamente, desarrollar más este aspecto.

En Far Cry Primal no hay bazucas. Tienes 3 armas principales: Un arco, una lanza y un garrote. Nada más. Esas 3 armas tiene 3 usos muy concretos que, según la situación usarás. Esa simplicidad es fantástica.

Pero como es un juego de Ubisoft y te drogas, tiene que tener una parte espiritual ¡Cómo no! Era demasiado realista hasta ahora. En uno de esos momentos que te vuelves como Lucy en el cielo con diamantes, un señor muy loco te dice que puedes hablar y domar a las bestias para usarlas como tus aliados ¡Fantástico! Ahora eres “un cambia pieles” y podrás recorrer largas distancias montado en un tigre con dientes de sable, ver a tus enemigos a través de los ojos de un búho y fomentarás el caos y la destrucción con la ayuda de un oso pardo.

Los animales añaden variedad al sistema de combate. Cada uno de ellos tiene sus propias habilidades: desde atacar y matar sin que les detecten, hasta atraer todos los ataques enemigos hacia ellos mismos. No hay una equivalencia con las armas de destrucción masiva de los anteriores Far Cry. Los animales son seres vivos, y se mueren. Así que no penséis que ellos solos harán todo el trabajo para vosotros. Conforme subamos de nivel seremos capaces de domesticar a varias especies felinos, caninos y osos. Todo ello lo haremos de la misma manera. Lanzando un cebo y acercándote con cuidado para darles una caricia. Fácil y sencillo, para toda la familia.

Esta combinación de armas y animales modifica de una manera sustancial las estrategias a la hora enfrentarte a los campamentos. Haciendo de este nuevo sistema de combate un aliciente para jugar a Far Cry Primal, al menos durante unas pocas horas.

Otra gran novedad es tú asentamiento. Far Cry Primal comienza con la premisa de que necesitas encontrar a los “wenja” los miembros de tú tribu, nómadas en busca de tierras fértiles y buena caza. Al llegar a “Oros” ( nombre del territorio donde transcurre nuestra aventura) encuentras un lugar perfecto para establecerte. De esta manera, una de las acciones más importantes es hacer crecer la población de tú asentamiento. Realizar mejoras que, por primera vez un Far Cry, tienen unas recompensas interesantes. Y es que no sólo el asentamiento es capaz de recolectar piedras, flores y pieles para ti, que son necesarias para mejorar tú equipamiento, si no que al mejorar los edificios, mejoras también las recompensas de experiencia al cumplir las misiones asignadas. Pero por encima de todo tiene sentido narrativo dentro del universo Far Cry Primal y como representación de la evolución del hombre como especie.

Far Cry Primal tiene una historia, que va de que unos malos que se comen gente y votan a partidos políticos que van de naranja. Pero en realidad, todo eso carece de importancia, porque lo realmente importante es conseguir establecer un asentamiento socialista basado en el trabajo y el uso de las drogas para domesticar animales para que los wenja obtengan los réditos de su plusvalía laboral y se sientan seguros frente a la naturaleza salvaje.

Tiene sentido el mundo planteado en Far Cry Primal, más allá de licencias propias de la lógica del videojuego y que Ubisoft tiende a usar sin pudor. Por ejemplo, he leído críticas sobre el uso del Hub en un juego con Far Cry Primal por el tema de la disonancia ludonarrativa. Curioso es, porque si nos molesta en este, también debería de hacerlo en cualquier otro juego que no esté ambientado en un futuro en el que tengamos unas Google Glass insertadas en nuestros ojos. Si en todos los demás juegos no se criticó, no creo que deba de ser una cuestión que penalice a Far Cry Primal.

De ahí anterior mi dilema. Este es el mejor Far Cry de todos. Es el juego en el que más sentido tienen sus mecánicas y más sentido tiene todo el universo planteado. Pero también está el problema de que si has estado demasiadas veces en contacto con la fórmula reiterativa de Ubisoft, todas estas novedades, todas estas sensaciones, se diluyan más rápidas de lo que nos gustaría.

No he me acabado el juego. No creo que lo vaya a hacer. Y no es por culpa suya, es mía. Robándole esta frase a Alberto “Far Cry se siente ahora que como exnovio le estás tratando de suavizar el golpe de la ruptura. Los hombres de las cavernas lloran en su habitación mientras escuchan “Forever Young”.

Ya intuía lo que el juego me iba a dar. Tengo Far Cry 4 demasiado cercano en el tiempo y demasiada fresco sus diseños de misiones. El parecido entre ellos es demasiado grande como para obviarlo. Y son unas similitudes que le penaliza demasiado. Si Far Cry Primal hubiera salido antes que Far Cry 4, quizá la recepción del juego sería diferente. Pero los cambios (principalmente el sistema de combate) ni son tan buenos, ni tan profundos como para hacerte olvidar que una vez más has de subir a una atalaya, cumplir el mismo tipo de misiones o asaltar unos campamentos como los de títulos de la saga, solo que con otras armas y otra estética.

Sin embargo, si no has jugado a ningún Far Cry o si jugaste al 3 hace tiempo y no te acuerdas muy bien, es un juego que te recomiendo muchísimo. Porque Far Cry Primal da exactamente lo que promete. No se rompe y funciona, de salida, mucho mejor que muchos de los mundos abiertos que hay ahora mismo disponibles en el mercado. Es un juego sólido, bonito y entretenido, cuyos problemas están más en el diseño del juego y en la fórmula de la compañía que en él mismo.

Se está penalizando Far Cry Primal en demasía, en mi opinión. No sabría decir si de una manera injusta. Al que habría que culpar, en todo caso, debería ser a Ubisoft más que al propio juego. De castigar, debería castigarse más la trayectoria de Ubisoft que a este Far Cry. Pero, como siempre, cuando la fiesta se acaba, alguien tiene que quedarse para pagar la cuenta. Y en esta ocasión le ha tocado a Far Cry Primal, quizá el menos culpable de todos los culpables.