Is so petit, is Hot! Superhot -Análisis

super hot  antihype portada

No sé si Superhot vale lo que cuesta en Steam (algo más de veinte euros), posiblemente no lo valga. Ahora bien, estamos ante un juego arrebatador. Superhot es un puzzle-shooter (si es que esto existe) en el que debemos coordinar nuestros movimientos para esquivar y atacar a los enemigos: nada fuera de lo común si no fuese porque el tiempo en el juego solo fluye mientras nos estemos moviendo. Como primera impresión el veredicto es rotundo: es tan bueno como luce, tal vez más.

Si la leyenda no miente, Superhot nace como idea en una jam: esos lugares mágicos en donde los desarrolladores deben montarse un juego en un rato. Ahora ya terminado tiene ese toque de juego al que es difícil encontrarle un referente, siendo tal vez Hotline Miami (otro juego muy hot)  al que más pueda recordar, pese a que el abismo que les separa sea tan radical que solo podamos hablar de parecidos de familia. En ambos la trama es escasa (en principio) y la ultraviolencia está dirigida como si fuese un bisturí, debe aplicarse de forma precisa y rápida. Pero si en Hotline Miami la violencia, brutal y explícita, es parte de la  trastornada historia de fondo, que en Superhot los enemigos sean figuras como-de-cristal antropomorfas nos hacen pensar que estamos ante algo mucho más ligero. Pero no es así.

Es cierto que destruir figuras de porcelana de Lladró nunca va a ser tan explícito como esos salpicones de sangre de Hotline Miami, pero lo que sugieren esos cristales rojos que flotan por el aire cuando disparamos sobre alguien da mucho que pensar sobre qué estamos haciendo y si la violencia simbólica es menos «violencia». Algo, por otra parte, que el propio juego nos propone como enigma de fondo y que articula esa especie de trama vacía en la que “solo se dispara a tíos rojos”. Mientras que en Hotline Miami los colores chillones, la música machacona y la velocidad de infarto son las piezas claves, en Superhot tenemos ambientes sobrios (todo es de color blanco con texturas muy suaves y angulosas) y carece de música. Estamos solos con nuestros pensamientos.

Aunque sea cierto que la trama es casi inexistente (tal vez no la necesite), Superhot encierra algunas cuestiones interesantes sobre el control en los videojuegos que sirven para vehicular una sucesión de pequeñas secuencias de acción tremendamente interesantes. La épica de los tiroteos a cámara lenta pocas veces se ha visto tan bien, tal vez haya que remontarse al primer Max Payne para sentir algo parecido. Pero, además, el equipo de desarrollo ha sabido darle un trasfondo oscuro y malsano (ahí sí se parece a Hotline Miami) en el que se instala el lugar común de “las cosas no son lo que parecen”; algo se oculta detrás del “inocente” juego de disparos y conforme avanza la narración más quieres saber qué sucede aparte de querer que siga la resolución de puzles. No es Portal, pero sí tiene ese regusto a más grande que lo que estás viendo que el juego de Valve nos trasmitió hace ya bastantes años.

Si la cuestión de la duración del juego puede suponer un problema para muchos (esto de que si algo no dura cuarenta horas no merece la pena) una vez que se acabamos la historia se abren modos de juego más interesantes y complicados que los que propone la trama original. El modo desafío, en el que debemos repetir los puzzles originales con una condición añadida (e.g. usar solo la katana), o el modo oleada, alargan considerablemente la vida del juego.

¡Lo mejor de Superhot es que es Superhot! Es nuevo en muchos aspectos, rebosa originalidad y es un soplo de aire fresco (otro más, todo sea dicho de paso, pues la oferta indie da muchísimas sorpresas por mes). Una buena idea bien llevada y con una elegancia que ya les gustaría a muchos otros desarrolladores. Se te quita el mal sabor de las compañías que sacan juegos rotos (Street Fighter… ejem). Aunque solo fuese por su estética y su mecánica de juego tan intensa, Superhot es ya un destacado de este 2016. Por méritos propios.

superhot  antihype 3

Acerca de Alberto Murcia

Doctor en Humanidades por la Universidad Carlos III y tecnófilo. Dedico parte de mi tiempo a escribir sobre videojuegos en esta casa tan acogedora. También colaboro en El Estado Mental, Irispress, Zehngames, Deus Ex Machina y Anaitgames

Check Also

Chinos chinados. Antihype 7×27: Total War: Three Kingdoms

¡Buenas, amigos y amigas de las ondas y los bits! Bienvenidos y bienvenidas a Antihype, ...

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.