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Lo comentamos nada más dejar las maletas de regreso de la Gamescom, y el tiempo nos ha dado la razón: el gameplay del nuevo Dragon Age pedía a gritos un modo multijugador cooperativo. La vista táctica, el peso individual de cada uno de los personajes de la party, y la necesidad de ir asumiendo el control de cada uno de ellos alternativamente durante la práctica totalidad de los combates hacía echar de menos unos cuantos colegas con los que compartir la carga, y parece que desde Bioware no han querido dejar pasar la oportunidad de implementar por primera vez en la saga una modalidad que tantas alegrías – y dinerito – proporcionara en la última entrega de su franquicia hermana, Mass Effect.
Según podemos leer en el completísimo FAQ disponible en la web oficial, precisamente por ahí han ido los tiros, con gran parte de los responsables de Mass Effect 3 conformando un equipo mixto que ha estado a cargo del citado modo durante los últimos dos años. Sobre el resultado, una de cal y una de arena. En el apartado negativo, decir que quienes fantaseábamos con poder compartir la campaña principal con otros tres compañeros de principio a fin tendremos que esperar a futuras entregas, ya que nos encontramos ante una experiencia completamente estanca respecto a la aventura single player. Nos gusta, sin embargo, el enfoque de esta, con unos límites perfectamente dibujados y una intencionalidad clara desde el diseño: no comprometer el equilibrio de ninguno de los dos modos con experimentos como el intercambio de objetos, el progreso compartido o las casas de subasta.
El pequeño precio a pagar, eso si, será la inclusión de un sistema de moneda virtual con espacio para los micropagos. Sin embargo, los responsables aseguran estar fuertemente comprometidos con la accesibilidad de todo el contenido sin tener que pasar por el aro de la divisa convertible, en este caso llamada platino. Según dicen garantizar, el oro conseguido a lo largo de las misiones será más que suficiente para poder tener una experiencia completa, quedando el citado platino para los más impacientes. Toca fiarse.
Sobre la jugabilidad en si, la nota informativa habla de unas 12 posibles configuraciones para los personajes disponibles de salida, divididas en tres clases – guerrero, pícaro y mago – con cuatro diferentes especializaciones cada una. A fé de lo que pudimos comprobar en Colonia, donde contábamos con una party con dos guerreros de diferentes especializaciones, el peso de este sistema va mucho más allá de la mera diferencia estética, imponiendo roles y estrategias muy diferentes según la rama de progreso elegida. Se habla asimismo de una mecánica muy centrada en el looteo y en la creación de objetos, que de la mano de un techo de nivel situado en el 20 parece indicar, como en el caso de Destiny, un sistema de progresión más centrado en la obtención de equipo a la hora de alargar la experiencia.
Habrá que esperar, concretamente hasta el 20 de Noviembre, fecha en la que desembarcará el juego en las estanterías españolas. Hasta entonces, sin duda un motivo más para ponernos los dientes largos y alargar la vida de un título que, si cumple con lo prometido, parece bastarse con su mastodóntica campaña principal para alargar su presencia en los lectores de nuestras máquinas más allá de lo compatibilizable con la vida laboral. Si es que queda alguien que la tenga.
