AntiHype programa de radio y web sobre la actualidad del mundo d los videojuegos
Hasta el jueves, como podéis haber visto en prácticamente todo lo que he escrito aquí y dicho en el podcast, mis dudas sobre Xbox One eran enormes, tanto que en algunos aspectos no conseguía comprender el planteamiento de la consola. Y mi principal miedo radicaba en que los jugadores quedásemos relegados a un segundo plano respecto a todos los usuarios de contenidos multimedia, los cuales parece que últimamente son un publico más amplio y rentable.
La verdad, tenía pocas expectativas, y más miedo que otra cosa ante la posibilidad de que Sony no tuviese competencia clara en esta generación. Algo que me parece que nos habría perjudicado a todos, pues como hemos podido ver con PS3 y 360, su batalla por intentar que nos decidiéramos por una de ellas solo nos ha beneficiado a los usuarios. Entre otras cosas, por dar un voto de confianza a los pequeños desarrolladores que nos han brindado una nueva forma de hacer y ver los videojuegos.
Todo esto cambió en el momento que pude probar Ryse , y me di cuenta de que Microsoft parece que puede estar a varias cosas al mismo tiempo. El título de Crytek nos aporta la perspectiva que necesitábamos sobre el desarrollo de One en cuanto a títulos. No es lo mejor que haya visto, en absoluto, y es dificil que así sea tratándose de un juego de lanzamiento. Pero si tiene un pulido y una atención a la jugabilidad que dejan ver el mimo que ha impreso Crytek a este juego, sacudiéndose de una vez por todas el San Benito de solo saber hacer demos técnicas dentro de un shooter.
Es divertido, no difícil pero sí complejo, gráficamente está solamente por debajo de la versión PC de Battlefield 4 – lo que es un gran alago, aunque pueda no parecerlo- y aunque parezca un detalle menor, el sonido es lo mas cuidado que he escuchado hasta ahora. En definitiva, entré pensando que probaría un titulo mediocre, y salí convencido de que es una de las apuestas mas fuertes de este lanzamiento.
Con Dead Rising 3 ocurre algo muy diferente. El juego de por sí tiene que ser divertido, y es que seamos sinceros, el ponerse un traje de mariachi y empezar a reventar zombies con unas manoplas-escopeta al más puro estilo Desperado dibuja en todos nosotros una sonrisa de lado a lado de la cara. La jugabilidad ha mejorado pero no se siente diferente, centrando los cambios sobre todo en ciertos puntos como el apuntado con armas de fuego -bien, Capcom, después de 10 años empiezas a pillarlo- o el movimiento mas orgánico del personaje entre tanto comecerebros, cosa que más que una evolución del juego resulta un imperativo para la jugabilidad, ya que el volumen de estos seres ronda lo insano y recuerda más a una cola desorganizada para ver a Justin Bieber A.K.A Justiniano Castor que a los grupitos que vimos en las dos entregas anteriores.
Es un juego divertido, bien pulido en la parte que pudimos probar, y qué demonios, el no estar atados a obligaciones constantes como sacar a Billy Bob del armario de su casa cada 15 minutos nos permite centrarnos en lo que más nos gusta, liarla parda vestido de algo más bien poco serio.
Y que decir de Forza 5, mi primer escarceo con un titulo de conducción de nueva generación. La verdad es que sin esperarme demasiado inicialmente,el juego me ha encantado, entre otras cosas por que da la impresión de que se ha optado al fin por la opción que para mi era mas inteligente, que no es otra que dejar de batallar con Gran Turismo por el titulo de simulador definitivo en consola.Una corona que puede ser incluso nociva, ya que los que disfrutamos con este tipo de juegos cada día somos menos. El optar por recuperar parte del estilo de Project Gotham me ha hecho volver a recordar el que para mi es el mejor titulo de conducción de esta generación -por ahora, que llega GT6-.
Otra de las novedades que más se agradecen es la vibración independiente para cada gatillo, la cual aporta un feedback que ahora voy a echar de menos cada vez que juegue a cualquier cosa con cochecitos.
Donde si he visto un problema es en la falta de indies realmente interesantes. No quiero decir que Lococicle o Max: The Curse of Brotherhood sean malos juegos, porque no lo son en absoluto. Pero si algo hemos visto en este tipo de títulos es que lo importante no siempre es la diversión. Y ahí es donde cojea un poco el catalogo de lanzamiento, aunque a la vista del resto de títulos podemos esperar tranquilos.
Para concluir, solamente decir que Microsoft ha conseguido algo que veía difícil, crearme la duda. Duda que realmente no tenia hora antes de comenzar la feria, a la que llegaba con una idea más o menos clara acerca de qué consola comprar. Aún habrá que meditarlo, pero tengo seguro que quiero una, y bien podría ser que mi animadversión hacia Kinect se viera superada por todo lo que pude probar.
Y eso, os lo aseguro, es decir mucho.
