Me cago en mi puta calavera. Esto es lo que sucede cuando un miércoles por la noche no te puedes dormir y te sorprende la idea de tu vida y en lugar de dar media vuelta y dedicarte a pensar en lo que harías si fueras Magneto pues te levantas y montas un puto Kickstarter y te sientas a esperar que empiecen a llover los millones. Ese es el caso de la gente de Virtuix, que en apenas unas horas han pulverizado su meta original de 150.000 dólares para plantarse cómodamente en el medio millón de pavos con 47 días de campaña por delante, más o menos lo que en mi barrio se viene conociendo como petarlo.
Todo este revuelo viene a cuento de Omni VR, un dispositivo que en esencia viene a ser una especie de arnés-andador que, combinado con un Oculus Rift, permite al jugador desplazarse por el entorno virtual sin necesidad de mapear el movimiento a mandos o periféricos tradicionales, consiguiendo un nivel de inmersión que da hasta cierto miedo pensarlo. El funcionamiento del aparato es bien sencillo, como ya lo era en mi cabeza cuando hace años pensaba que seguro que se me estaba pasando algo, me cago en mi puta vida: el jugador se sitúa sobre una plataforma que registra el movimiento de los pies, solucionando el problema del avance con un remedo de arnés que se fija a la cintura del jugador reduciendo la fricción con el suelo y unas zapatillas especiales equipadas con guías que se insertan en la base de la plataforma y que en mi caso eran putas bolitas de acero.
¿El resultado? Como podéis ver en el vídeo, una auténtica pasada de cacharro que a buen seguro va a hacer bien millonarios a los hijos y nietos del tal Jan Goetgeluk mientras yo sigo comiendo espirales del Mercadona y montando crowdfundings de irme de pedo con mis amigos. Maldita sea.
Joooooder!!! Pero que pepino!!! Se acabo el salir a correr como pringaos, ahora puedes hacer ejercicio y matar «moñecos» a lo loco… SHUT UP AND TAKE MY MONEY!!!!
Lo triste del asunto es que debería ser yo quien estuviera taking your fucking money, joder xDDD